viernes 20, septiembre, 2024

Carmen Salinas, una actriz muy querida por el pueblo lagunero

 

 

Raúl Adalid Sainz

Tener el cariño de la gente no se paga con nada. Al pueblo, al público se le llega o no se le llega. En ese sentido Carmen (Carmelita como le dice la raza en Torreón) ha calado hondo en el corazón de la gente. Hace muchos años mi maestro y director teatral Raúl Zermeño se refirió a ella de esta manera: «Esa cabrona es una actriz nata»; y vaya que el máster Zermeño no regalaba halagos en materia de actuación. 

 

Carmen Salinas es una actriz que empezó a hacer imitaciones. Carlos Amador, productor de espectáculos vio el enorme carisma que la lagunera posee hace muchos años en la Plaza de Toros Torreón, ahí a doña Carmen le fue ofrecida una oportunidad como espontánea. La gente se reía y se reía con sus números, al final le gritaban «Carmelita…Carmelita». 

Esta anécdota la misma Carmen Salinas me la contó en una entrevista que le hice cuando yo conducía el programa televisivo «Hola Comarca» allá en mi querido Torreón. Doña Carmen debuta en seriales televisivos dirigidos por Ernesto Alonso. Pero es en el cine donde ella encuentra sus cauces naturales para mostrarse como esa actriz nata e intuitiva que es. 

Su primera cinta fue bajo la dirección de Roberto Gavaldón en «La Vida inútil de Pito Pérez» al lado del gran Ignacio López Tarso. Repite con ese gran director Gavaldón en «Doña Macabra», su personaje «Lucila» aún resuena en mi memoria, estaba espléndida haciendo una gran mancuerna con Héctor Suárez que era su marido. 

Enseguida hace una gran interpretación de una vieja de pueblo rezandera-mocha llena de retruécanos sexuales cayendo en las insinuaciones eróticas de Lucas Lucatero (Alfonso Arau) en la muy buena cinta «El Rincón de las Vírgenes», de Alberto Isaac. Después vino su siempre recordada «La Corcholata» en «Bellas de Noche» y «Las Ficheras». 

Gente de La Laguna que conoce a Carmen me ha dicho que ese personaje es una presencia real que la actriz conoció en la vecindad de calle Allende y Leona Vicario donde doña Carmen vivía. Una señora alcohólica con unos zorros aterrados que le colgaban del cuello acostumbraba aparecer por la vecindad. Las lenguas dicen que en ella se inspiró la actriz para recrear el personaje. 

Grandes películas vinieron para ella con muy buenos trabajos interpretativos: «El Lugar sin Límites», de Arturo Ripstein; «A Paso de Cojo», de Luis Alcoriza; «Qué Viva Tepito», de Mario Hernández; «Danzón», de María Novaro; ahí estaba espléndida dando vida a una jarocha dueña de un hotel, su gusto era cantar canciones de «Toña la Negra», «La Misma Luna», de Patricia Riggen, donde ganó una Diosa de Plata por su actuación. 

En 1984, ganó el premio » Ariel», por su interpretación de «Panchita», en «Noches de Carnaval», de Mario Hernández. Tuvo una pequeña participación en la película norteamericana «Hombre en Llamas», del fallecido director Tony Scott. En el año de 2006 recibió el » Ariel de Oro», por su trayectoria cinematográfica. 

Su éxito teatral «Aventurera» es ya una leyenda en la historia del espectáculo mexicano. Hace algunos años, noviembre de 1998, Carmen Salinas fue madrina de 100 representaciones de una obra teatral que hice como actor en Torreón junto a la actriz local Marisa de Serna, la obra fue «Pareja Abierta», de Dario Fo, con dirección de Jorge Méndez Garza QEPD. Los productores fueron Christian Izaguirre y Carlos Padilla. La celebración fue en el «Teatro Garibay», antes «Mayrán». 

La placa con el nombre de Carmen Salinas como madrina debe conservarse en el vestíbulo de ese mi querido teatro. Carmen Salinas, es un símbolo lagunero. Su carisma, talento, espontaneidad, don para crear personajes, verosimilitud, simpatía, inteligencia, y cariño enorme por Torreón, la convierten en una hija muy digna del terruño. La Laguna, tierra de actores, Carmen, una de sus más grandes actrices.

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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