A un año del adiós de un gran compañero actor: Juanito Navarro.
(Dedicado a aquellos lindos cómplices del juego escénico : Susana Alexander, Aarón Hernán, Silvia Mariscal, Sophie Alexander, Lety Pedrajo, Iván Caraza, Juanito Navarro, Benjamín Rivero, Julio Manino, César Beas y Gerardo González como nuestro director)
Raúl Adalid Sainz
Soy de las personas que le gusta mirar la senda que se ha pisado. Me da placer descorrer esos telones y revivir momentos, cariños, personas, palabras bellas expresadas, sonrisas, ilusiones, en fin…creo en el recordar es volver a vivir. El pasado es el que te ha conformado en tu presente.
El día de ayer llegó a mí una foto de un montaje realizado en el año 2003 en el Teatro Rafael Solana, el nombre de la obra: «Exonerados» de Jessica Blank y Erik Jensen.
Una obra que fue un éxito en Nueva York. Los testimonios reales de reos que salvaron la vida. Es decir «la silla eléctrica». Presos, que como muchos, fueron encarcelados injustamente. Un exponer intercaladamente los personajes sus penurias pero también su esperanza de vida al recobrar la libertad. Un texto duro pero con luz final. Esto se hacía frontalmente a público. Como si los espectadores fueran una cámara.
Esos personajes exigían una inmersión muy seria para exponerlos con toda verdad y dignidad. Era pues un tour de force actoral. La dirección de escena y actoral fue del querido Gerardo González. Hizo un esmerado trabajo con cada actor para desvelar la problemática de cada personaje. Buscó que llegáramos a una verdad muy de vivencia, de identificarnos al máximo para transmitir los sentimientos vivos de los testimonios.
La obra fue producida por «Ocesa Teatro», bajo la dirección de Morris Gilbert. La producción ejecutiva de Andrés Naime y Lissy Castro.
Según supe en su momento a Morris Gilbert le encantó este montaje cuando la vio en Nueva York. Gerardo González le advirtió que era un tema lejano a México, sin embargo Morris decidió montarla. Se puede decir que se dio el gusto. Duramos cincuenta funciones. Una quijotada artística para Ocesa; pero una enorme satisfacción humana.
El elenco estuvo compuesto por actores que aún recuerdo con un gran agrado: las señoronas Susana Alexander (con quien siempre había querido trabajar), Silvia Mariscal, muy bien en su papel, el simpatiquísimo y talentoso chihuahuense de Camargo, Aarón Hernán, quien ahora nos ve desde otra latitud universal, y la banda joven, increíbles y llenos de un entusiasta talento, de ganas de vivir y soñar: Lety Pedrajo, Sophie Alexander, Juanito Navarro, Julio Manino, César Beas, Benjamin Rivero, y el siempre agradable Iván Caraza. Entrañables todos.
Sí, fue lindo detener el carro de la vida y ver esa foto que revive estos recuerdos. La vida, las obras y los compañeros te conforman, no cabe duda.
No puedo dejar de mencionar al queridísimo escenógrafo Arturo Nava a quien encontré en esta producción. Muchas obras juntos en la UNAM y nos encontramos ahí como exonerados. Un abrazo al buen Arturo.
En cuanto al equipo poco nos hemos visto desde ese 2003, así es la vida de la gente de teatro. Se coincide cuando se tiene que coincidir. Los quiero mucho a todos y les mando un oceánico abrazo. Que los dioses nos cuiden siempre. Nos encontraremos y por supuesto recordaremos esta hermosa página de nuestras vidas.
Dejo como recuerdo último, aquellas bromas en el camerino, esas de humor negro cargado, entre Juanito Navarro e Iván Caraza. ¡Ah!, cómo nos reíamos con esa gracia vertida entre ese par de veracruzanos. Sigue cantando siempre querido Juan tu canto de «Fantasma de la Ópera», será una señal angélica para los que siempre te recordaremos. Que en paz descanses querido Juan.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan
