Historias de Actores en CasAzul
(El encuentro de un libro con los jóvenes)
Raúl Adalid Sainz
Este pasado, martes 10 de marzo del 2020, tuve el enorme privilegio de presentar mi libro, «Historias de Actores» (un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico), en el prestigioso centro educativo artístico para actores, directores, guionistas, «CasAzul», que dirige Ignacio Flores de la Lama.
Conté con el gusto de que mi presentador y prologuista, del libro, fuera el maestro y gran director teatral Luis De Tavira.
La presentación fue potente porque el público asistente fue en su inmensa mayoría estudiantes de actuación de «CasAzul’. La materia a tratar del libro es el actor. Visto éste a través de cinco estaciones: «El origen», «El actor quién es», «El cine, ese privilegio de la imagen», «Los grandes y entrañables directores de teatro mexicano», y «Montajes entrañables, el teatro como un transformador social».
Como todo estreno, presentar un libro de tu autoría, es mostrar a un hijo, conlleva responsabilidad, nervios, miedo. En mi caso sé de aperturas de teatro y cine como actor, como escritor empiezo a debutar. Así que cogí el toro por los cuernos y conté a los muchachos el origen de las andanzas por esta senda actoral. Torreón, como génesis de este sueño. Los recuerdos a la primera obra de teatro vista como espectador a los 17 años, «Luz de Gas», dirigida por el subyugante y talentoso Rogelio Luévano. Mis recuerdos a la actriz Sonia Salum, Vicky Valdivieso y Humberto Zurita. El Teatro Mayrán como suscitador de la aventura histriónica.
Conté a los chavos cómo conocí a Luis De Tavira, el pasado jesuita que nos une, los trabajos teatrales compartidos con él, de mi arrojo al pedirle que me presentara y escribiera el prólogo de mi libro. Les dije que yo como «Segismundo», en «La Vida es Sueño», no sé si estaba soñando pero que por si las dudas no quería despertar.
El maestro Luis hizo una bellísima introducción del por qué celebraba el nacimiento del libro y leyó su hondo prólogo. Los muchachos nos dispensaban su atención con su silencio.
Les leí dos de las historias, una dedicada a la inmensa y talentosa actriz Luisa Huertas, quien nos acompañó en la presentación y otra que refiere cómo es trabajar con Luis De Tavira. En este caso les leí el proceso de trabajo en la obra, “Pequeños Zorros», de Lillian Hellman.
Enseguida vino una sesión de preguntas y respuestas. Los muchachos expresaron sus inquietudes como futuros actores profesionales. ¿Qué es la actuación vista como arte? ¿Sus preocupaciones hacia sí en la televisión, en las llamadas series, se podía ejercer el rigor que exige una actuación de índole artístico? ¿Cómo conciliar el éxito y el arte? Nos preguntaron: ¿qué aspectos señalaríamos como negativos en las nuevas generaciones? ¿Qué era lo más bello vivido en nuestras profesiones?
Dos aspectos fueron constantes en las respuestas: el desarrollar el criterio para saber qué se pretende como actor y la concientización del privilegio de vivir en libertad, viendo a la actuación como un servicio de abrir conciencias, de ser mensajeros auténticos de la verdad, ser seres que albergarán a otros seres por medio de su quehacer interpretativo. No preocuparse por ser famosos. Sino ser practicantes del amor para crear profundamente y ser felices en su aquí y ahora. Lo demás vendrá por añadidura.
Una responsabilidad enorme es hablar a jóvenes. Ellos piden consejo. Piden se señale, ¿cómo será el camino? ¿Qué hacer en una vida que es complicada para un actor? ¿La fama es combinable con el arte?
La única vía genuina de respuesta es la honestidad. El decir con claridad cómo se ha caminado la senda. Ser auténtico. Señalar viables rutas. Haciendo conciencia que el rigor, disciplina, trabajo, perseverancia y fe son fundamentales para este difícil camino de vida actoral. El no mentirse. El formarse un criterio propio para saber qué busco como actor y ser humano.
Fue un encuentro hermoso. Donde la atención, el silencio reflexivo, la risa, la preocupación, fueron constantes. Ojalá nuestra presencia y nuestros pensamientos puedan ser una guía motivante en la senda de esos futuros actores mexicanos.
Por lo pronto «Historias de Actores», ilumina como antorcha mis caminos. Gracias a esos lindos muchachos por enseñarme con sus preguntas, gracias a Nacho Flores de la Lama por su invaluable invitación, gracias al maestro Luis De Tavira por tanto dado, gracias Elvira Richards, por tu guía y amor, gracias Dios universal de vida.
El libro está agotado. Si alguien se interesa puedo mandarlo por PDF a su correo. Informes vía inbox por mensajería de facebook.
Nota cómica: Antes la gente de la antigua Grecia iba al oráculo de Delfos para conocer su futuro, hoy va al cajero automático; dijo en la total seriedad Luis De Tavira, la carcajada fue sonora en el auditorio.
Este escrito, hecho en 2020, antes de la pandemia, simboliza mis deseos de transmitir un mensaje hecho con las entrañas más profundas. Si este se da con los jóvenes es un privilegio maravilloso. Por eso lo traje al momento presente.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan