Un documental tan necesario de ver como perturbador, este recién estrenado filme aborda un caso real desolador, enmarcado en el concepto de crímenes de la vida real, segmento que tiene gran cantidad de espectadores en las plataformas de streaming. Este trabajo alcanza una cuota de inquietud que no abandona durante todo su visionado y desde ya se vislumbra como una propuesta imposible de obviar en Netflix.
Víctor Bórquez Núñez
Miras una foto en que aparece el padre sosteniendo a su hija pequeña y todo parece normal y cotidiano. Pero comienzas a observar la fotografía y te das cuenta que algo más te está comunicando esa imagen que, de pronto, se ha convertido en un elemento perturbador. Esa premisa alimenta en gran medida la columna vertebral de este potente documental, recién estrenado en la plataforma de Netflix y que constituye un excelente material para analizar y compartir.
Todo su argumento gira en torno a un doloroso enigma, mantenido por décadas en secreto y cuya sinopsis oficial plantea: “En este documental, una mujer que se encuentra muriendo junto a un camino deja un hijo, un hombre que dice ser su esposo, y un misterio que se desarrolla como una pesadilla”.
Girl in the picture (La chica en la foto) aborda el caso de Sharon Marshall (cuyo nombre real era Suzanne Marie Sevakis), mujer que sufrió toda clase de violencia y abusos desde muy temprana edad, específicamente desde su secuestro por parte de su padrastro, un tipo violento y enfermo llamado Franklin Delano Floyd, individuo despreciable que la sometería a abusos y explotación sexual, todo lo cual culmina en un matrimonio obligado y al ingreso de Sharon al trabajo de los clubes nocturnos de Las Vegas.
De acuerdo con los reportes, Franklin Delano Floyd fue una persona clave en el caso de la muerte de su esposa, Sharon Marshall, en los 90, pero cuando se comenzó a investigar este caso, muchos se dieron cuenta de que nadie sabía quién era Marshall, ni siquiera ella misma. Y, de modo increíble, recién en 2014 se descubrió que Sharon Marshall era un nombre inventado, la mujer en realidad se llamaba Suzanne Marie Sevakis, secuestrada cuando era solo una niña, por un hombre que le ocultó la verdad durante años. Floyd era ese hombre y se encargó de manipular a la niña para mantenerla controlada, y más tarde se casó con ella y la obligó a trabajar como bailarina.
Este impactante documental está dirigido por Skye Borgman, una realizadora que tiene en su currículum dos largometrajes tan inquietantes como Abducted in Plain Sight (2017) y Dead Asleep (2021) y hasta ahora ha cosechado importantes críticas que destacan su capacidad para desarrollar un caso tan macabro y doloroso sin caer en ningún instante en el exceso o la morbosidad.
También se ha destacado su calidad narrativa que, en rigor estricto, se apega a la fórmula del documental más clásico sin alterarla, pero siendo capaz de construir un relato inquietante con pocos elementos, partiendo por el caso policial con que se abre: una mujer aparece moribunda en una cuneta, pero la identidad corresponde con otra persona, fallecida hace años. Y luego el misterio se amplía, cuando tratamos de saber quién era esa mujer que, en un retrato, aparece con un misterioso marido llamado Clarence y un hermoso niño de dos años que, a la postre, será una de las víctimas de un caso que se abre al horror más extremo.
En el aspecto técnico se agradece el empleo de los tonos oscuros con contrastes agresivos y la excelente reconstitución de los hechos, con elementos mínimos de ficción muy bien aprovechados, combinado con escenas reales, trozos de noticieros de la época y entrevistas breves, acotadas y con mucho material para el análisis, especialmente el de la amiga ex bailarina en el club donde trabajó Sharon y el del retirado agente especial del FBI que, después de muchos años, queda obsesionado con el caso hasta entonces no completamente resuelto.
The Girl in the picture es una tragedia muy bien explicada en este documental que va adquiriendo cada vez más fuerza, no con lo que muestra (que es muy específico) sino con lo que sugiere, porque se trata de cómo uno va armando el puzle de ese caso tan dramático y que mantiene su vigencia como denuncia de la violencia y la crueldad de un tipo perturbado y él mismo abusado en su niñez y juventud.
Gracias al dominio de la directora, The Girl in the picture conmueve de manera efectiva, no efectista, y escapa al esquema de película que nace desde los informes policiales, para retratar con crudeza la perturbadora psicología de un criminal.
Un elemento clave sucede en 2002, cuando un hombre recibe una foto. Allí aparece un padre sosteniendo a su hija, en una típica foto familiar, pero, a medida que se observa bien sobrecoge la expresión de la niña extraña e inquietante y a partir de ese hecho el filme adquiere otro vuelo, porque comienza una nueva arista en el caso que se arrastró durante tres décadas.
De este modo y respetando los cánones del documental tradicional, el filme alcanza inusitada fuerza y vigencia y, de manera independiente de la terrible historia que desmenuza, se trata de un documental bien narrado que intenta (y casi siempre lo logra) escapar del corsé de la fórmula y plantearse como un retrato impactante de un caso entre miles que solemos leer en la prensa y casi de inmediato olvidar.
GIRL IN THE PICTURE
Título original: Girl in the Picture. Año: 2022. Duración: 101 min. País: Estados Unidos. Dirección: Skye Borgman. Fotografía: Arlene Nelson. Género: Documental. Productora: All3Media America, Main Event Media, Top Knot Films. Disponible en Netflix.
@VictorBorquez
Periodista, escritor y Doctor en Proyectos de Comunicación