De cómo un hombre fingió ser mujer y engañó a una estrella del futbol americano a través de la Web.
Víctor Bórquez Núñez
El nuevo y muy notable documental de Netflix gira en torno al engaño amoroso y al posterior escándalo deportivo -que ocurrió en la vida real- cuando un hombre se hizo pasar por una mujer y enamoró a través de las redes sociales al máximo ídolo del futbol americano, el popular Manti T’eo, un tipo nacido en Hawái cuya fórmula de vida se resumía en tres conceptos: fe, familia y futbol.
Al descubierto: la novia que nunca existió, recién estrenada en la plataforma de Netflix refiere la historia de Manti Te’o, una estrella de futbol americano de la Universidad de Notre Dame en los Estados Unidos quien, en el momento en que su popularidad estaba en la cima, fue víctima de un engaño mediático que causó profunda controversia en el mundo deportivo, cuando el astro del futbol americano se vio envuelto en un extraño caso cuando un hombre se hizo pasar por mujer a través de las redes sociales y se convirtió en la supuesta novia del popular jugador. Supuestamente el ídolo estuvo saliendo con una supuesta mujer, que al final nunca existió.
El jugador de futbol americano universitario Manti Te’o, nacido en el paraíso polinésico, era adorado por todos y tenía un futuro prometedor en la liga profesional hasta que una relación virtual cambió su vida y su carrera: descubrió que su supuesta novia a la distancia era un hombre que se había fabricado un perfil y una historia dolorosa, mediante la cual engañó al astro.
El inicio de este escándalo empezó cuando el joven deportista conoció en las redes a la supuesta mujer de nombre Lennay Kekua, con la cual por más de un año estuvo chateando, llegando a establecerse entre ambos una amistad especial que se fue convirtiendo en un noviazgo virtual.
Esta situación fue posible porque Mani Te’o estaba en otro estado, ocupado en fortalecer su brillante carrera y necesitaba un alma gemela con quien conversar y desahogarse del dolor callado que sentía por estar alejado de su familia y de su iglesia. Así, cuando Te’o inició una relación de casi un año con una mujer llamada Lennay Kekua, a quien conoció en web, pareció encontrar a la chica ideal, porque ella también compartía los anhelos del crack del deporte y estaba dispuesta a soportar una relación a la distancia.
El engaño se sostuvo porque la aparente mujer estaba enferma de leucemia, hecho que la obligaba a permanecer hospitalizada, situación que despertó la natural empatía del muchacho que, en ese instante, vivía en Indiana, a miles de kilómetros de distancia, pues la supuesta mujer estaba radicada en California. A partir de ese hecho, el jugador se convirtió en su mayor apoyo moral en la lucha de Lennay contra esa enfermedad, comunicándose diariamente a través de las redes, donde ella no se quería mostrar por el estado en que se encontraba.
En octubre de 2012, Manti Te’o recibió la terrible noticia de que su novia, al igual que la abuela de ella, habían fallecido y, obedeciendo su último deseo, el deportista no asistió al sepelio. Esa muerte fingida era la manera en que el hombre, superado por la farsa que había creado, encontró como el único camino para deshacer el engaño y calmar las aguas.
No obstante, dos meses después, la verdad salió a la luz: se reveló de pronto que esa mujer no era tal, que se trataba de un hombre que se había creado una personalidad femenina y que durante todo ese tiempo había engañado nada menos que al ídolo del futbol americano, Aprovechándose de la tecnología digital, ese individuo creó un perfil falso en distintas redes sociales, usando fotos y videos de una conocida lejana, pero cuando entendió que Manti Te’o estaba enamorándose de la supuesta mujer decidió acabar con el engaño, ideando nada menos que su propia muerte. Esta práctica es conocida en la Web como Catfish.
Con una muy limpia dirección de Ryan Duffy y Tony Vainuku, este inquietante documental tiene una duración de 124 minutos, divididos en dos capítulos, donde se recopilan las declaraciones de los implicados, incluido el relato del estafador, un tipo de nombre Ronaiah Tuiasosopo, quien pertenecía al círculo de amistades del jugador y un estudio muy interesante del contexto en que estos hechos sucedieron para escándalo del mundo deportivo.
Con excelentes críticas, esta revisión del engaño permite redimensionar la empatía y los valores cristianos de Te’o quien, en verdad, dedicó gran parte de su energía a ayudar a la supuesta chica que moría de leucemia, escuchándola, apoyándola y sintonizando con ella en su dolor y carencias.
Hoy, diez años después, Manti Te’o formó su familia y ya no se dedica al futbol americano, mientras que el hombre que perpetró todo este engaño vive como una mujer transgénero. A pesar de conocer todos los detalles, el documental está alimentado por un intenso dramatismo y los deseos de conocer los entretelones de este increíble engaño que puso al ídolo en el centro de la opinión pública y cambió para siempre su manera de entender el mundo.
De sueños y mentiras
El documental es prolijo cuando nos presenta cómo Manti Te’o cumplía el sueño de millones de jóvenes estadounidenses: brillar en el futbol americano colegial. El linebacker tuvo un gran año en 2012 con la Universidad de Notre Dame y fue una pieza importante para que los Fighting Irish (irlandeses peleadores) llegaran a disputar el Campeonato Nacional de dicha temporada (7 de enero de 2013), en el que cayeron por 42-14 ante Alabama.
“Mientras me siento aquí y pienso en el viaje que ha sido para llegar a este punto, me siento extremadamente honrado”, comentó Te’o en sus redes sociales sobre este documental, donde agradeció a “todos los que han sido parte de mi viaje porque todos ustedes han jugado un papel vital en mí para llegar a donde estoy hoy”.
Como era tan popular, los medios de comunicación hicieron eco de la muerte de su abuela y de su novia Lennay Kekua, esta última por leucemia. Ambas fallecieron el 11 de septiembre de 2012, que Kekua era estudiante en Stanford y la conoció tres años antes. No fue al funeral de la chica para cumplirle una promesa que le había hecho: nunca dejar un partido sin jugar, que ella lo celebraría desde el cielo.
La historia tuvo un impacto inmediato y hasta contribuyó a generar campañas para apoyar a los enfermos de leucemia, además de que Te’o fue un candidato serio para ganar el trofeo Heisman.
Pero en 2013 todo se vino abajo. Al comienzo de ese año, los periodistas Timothy Burke y Jack Dickey, publicaron un artículo en el que señalaron que Lennay Kekua jamás existió y que todo fue invento de Ronaiah Tuiasosopo, amigo de la familia Te’o y también del propio Manti. El reportaje señaló que las fotografías de Lennay eran en realidad de Diane O’Meara, amiga de Tuiasosopo, la que se había prestado al engaño.
El caso dividió a la sociedad y en Notre Dame defendieron a su jugador, subrayando que éste fue víctima de un engaño virtual, por lo que Te’o jamás conoció a su novia. Pero las cosas se complicaron cuando el propio jugador y su familia daban versiones distintas a los medios de comunicación.
Se acusó al ídolo de coludirse con Tuiasosopo, con el propósito de inventar una historia desgarradora, acorde a los deseos de la opinión pública para influenciar a todos, con el objetivo de ganar relevancia en la temporada deportiva. Por otro lado, el propio Manti señaló que le mintió a su familia sobre su novia, porque a todos les extrañaba que tuviera una relación virtual y dijo que conoció a Tuiasosopo porque éste era el supuesto primo de Lennay.
“Durante un largo tiempo desarrollé una relación con una mujer que conocí por Internet. Mantuvimos lo que creía que era una relación auténtica comunicándonos con frecuencia en Internet y por teléfono, y llegué a sentir un profundo cariño”, explicó Te’o en un comunicado, cuando toda la historia fue cuestionada. Tuiasosopo llegó a admitir que la historia la inventó porque estaba enamorado de Te’o y quiso estar cerca de él, por lo que “mató a Lennay” cuando lo vio necesario. Además, aseguró que recreaba la voz de la chica a través de un programa, para hacerla escuchar convincente.
“Darme cuenta de que fui víctima de lo que aparentemente era una broma pesada y de constantes mentiras de alguien fue, y es, doloroso y humillante. Además, me hiere que el dolor que sentí en el momento de la muerte de mi abuela en septiembre se viera de algún modo profundizado por lo que creía que era otra pérdida importante en mi vida”, añadió.
De esto trata este documental fascinante que nunca cede al morbo, inclinándose a mostrar el efecto que este caso, tan curioso como atípico, causó en el ídolo y en su entorno, en el impacto mediático y en la clara advertencia de los peligros que conlleva la Web cuando se asumen identidades falsas y se cultivan amistades o relaciones virtuales.
Te’o entró a la NFL en 2013 al ser elegido por los Cargadores de San Diego en el Draft de ese año con la selección 38, en la segunda ronda. Estuvo en la frontera de 2013 a 2016 y luego partió a Nueva Orleans con los Santos (2017-2019). Su último año en la NFL fue 2020, con los Osos de Chicago. Desde entonces, no ha jugado profesionalmente.
Disponible en Netflix.
@VictorBorquez
Periodista, escritor y Doctor en Proyectos de Comunicación