lunes 25, noviembre, 2024

Falta de infraestructura y personal y fallas de proveedores causan caída en la vacunación infantil desde hace una década

LaOtraPlana.com.mx

Problemas de logística provocados por la falta de infraestructura adecuada —como en el caso de la red de frío—, carencia de personal y poca entrega oportuna de las vacunas por parte de los proveedores han provocado una caída en la última década en la cobertura de esquemas completos de vacunación en niñas y niños de uno y dos años de edad, advierten autoridades y especialistas.

 

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2021, la cobertura con esquema completo experimentó una primera gran caída entre 2012 y 2018, cuando pasó de 77.9% a 35.3%. Para 2021, esa cobertura tuvo una leve recuperación: apenas logró 35.8%. 

Los problemas con las coberturas coinciden con el rebrote de enfermedades como el sarampión y la tuberculosis. En México, se presentaron 196 casos de sarampión en 2020. Y, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud, hasta julio de 2022 se habían registrado 11 mil 117 casos de tuberculosis respiratoria, frente a 9 mil 224 casos que se documentaron hasta el séptimo mes de 2021, un incremento de 20%.

Celia Alpuche, directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y Tonatiuh Barrientos, director del Centro de Investigación en Salud Poblacional del mismo organismo, explican que hay varios factores que se han conjugado para esta caída en la cobertura de vacunación.

Los especialistas señalan que un factor es la logística. “Un aspecto importante es que el esquema de vacunación ha crecido en el país, se le agregaron biológicos, grupos de población (como en el caso de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano para adolescentes o la influenza, que se pone cada año a niños y adultos), y lo que se ha discutido en diversos foros, aunque no está medido, es el hecho de que la infraestructura y el personal para vacunar no han crecido al ritmo que requiere una vacunación universal tan grande como la de México”, dice Alpuche. 

En infraestructura, Alpuche destaca también la importancia de tener una red de frío para poder llevar las vacunas a todo el país. “México es un país grande y complejo; entonces, todos los estados deben tener esas cadenas de frío al 100% para recibir las vacunas y poder acompañar las campañas de vacunación a todos los puntos”. 

José Francisco Figueroa, coordinador estatal del Programa de Vacunación en Oaxaca, dice que en este estado han mermado los recursos que llegan de la Federación para inmunizar a la población. Hasta antes de finales de 2020, tenían cuatro ingenieros que se encargaban de dar mantenimiento a la red de frío, que conserva a temperatura adecuada las vacunas. Pero desde octubre de ese año ya no habían tenido recursos para su contratación. 

“En algunas localidades ya no hubo forma de componer los refrigeradores y eso afectó las campañas de vacunación. Hubo que ver cómo efectuarlas y se ha estado haciendo con jornadas intensivas, de un día”, dice Figueroa.

En cuanto al presupuesto para el Programa de Vacunación, Judith Senyasen Méndez, coordinadora de Salud y Finanzas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señala que a nivel federal no ha habido una inversión sostenida y que se vaya incrementando de forma importante; más bien, ha sido oscilante. 

Los números respaldan lo que dice la investigadora. De 2013 a 2014, el presupuesto del entonces programa para prevenir las enfermedades transmisibles por vacunación cayó 14.07%, en términos reales. Después, entre 2014 y 2015, subió 25.5%, pero entre 2016 y 2017 volvió a caer en 15.5%. 

En 2018, subió 25.8% y en 2019 volvió a bajar en 5.9%. En 2020, en cambio, tuvo un repunte de 111.10% y de 30.7% en 2021, pero esto se debe a los recursos que se destinaron para la vacunación COVID, aunque las autoridades no han precisado cuánto exactamente se fue para la aplicación de este biológico y cuánto para la vacunación regular, señala Senyasen Méndez.  

Justo de 2020 a la fecha, la pandemia de COVID ha afectado a la vacunación con otras sustancias. La priorización del gobierno federal ha sido aplicar esta vacuna y las personas muestran aún recelo por acercarse a los centros de salud para buscar inmunizar a sus hijos, coinciden Figueroa, Franco y Alpuche. 

El retraso en el abasto

Alpuche señala que otro factor importante que ha afectado la cobertura de vacunación, no solo en México, sino en muchos países (en la Ensanut se reportan 94 países de 204 estudiados con problemas por este motivo), es la falta de entrega oportuna de las vacunas por parte de los proveedores. 

El primer momento en el que se documentó un cambio en la tendencia nacional en cobertura de vacunación fue en 2015, dice Barrientos, cuando se hizo la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (Enim), realizada por el INSP y Unicef. “Ahí encontramos ya que la cobertura con esquema completo en niños de dos años cumplidos era de 34% y la vacuna que tenía la más baja era la pentavalente, con 55%, justo de esa vacuna hubo desabasto internacional entre 2014 y 2015”. 

Karla Franco, jefa del departamento del Programa de Infancia y Adolescencia, que incluye el Programa de Vacunación, en la Secretaría de Salud de Quintana Roo, señala que ellos han tenido problemas con la aplicación de la vacuna BCG, contra la tuberculosis, justo por falta de abasto. 

“Durante muchos meses no hubo esta vacuna en el país, a Quintana Roo llegó durante el segundo trimestre de 2021. Aun así, pese a la tardanza, se aplicó toda. Pero a principios del 2021 no había y en este momento otra vez no hay”, reporta. 

Alpuche explica que el desabasto internacional se debe a que los productores de vacunas son pocos y tienen que distribuir para todo el mundo; además, los esquemas de vacunación de los países se han ido ampliando con nuevas y mejores vacunas y cada vez son más las naciones que hacen grandes pedidos. 

Con las vacunas de nueva generación, dice Alpuche, lo que sucede es que los productores tienen que ir disminuyendo la producción de la anterior y empezar a producir la nueva, y eso retrasa el ritmo en el que se va surtiendo a cada país. 

Respecto de los movimientos antivacunas, los especialistas señalan que aunque en otros países ya está afectando este factor en las caídas en las coberturas de vacunación, sobre todo en lugares de Europa y Estados Unidos, en México todavía no hay un movimiento fuerte de este tipo que impacte en el número de personas vacunadas. 

Los retos para subir la cobertura

Para recuperar nivel en la cobertura de los esquemas completos de vacunación y sobre todo la protección a la población, Alpuche señala que es necesario hacer un análisis para ver en qué grupos de población y edad está la mayor problemática y riesgo. “Se deben hacer estudios de seroprevalencia (para conocer la cantidad de personas que se han infectado de una enfermedad), no se pueden hacer cada año como la Ensanut ahora, pero hay que realizarlos con periodicidad, para saber dónde hay más susceptibilidad (a las enfermedades) y priorizar”. 

Es necesario —agrega— que haya una planeación clara “y recordar que no solo es tener los recursos humanos o tener las vacunas, lo cual es un factor fundamental, sino las cuestiones de infraestructura, como la red de frío, que debe haber en cada estado en condiciones óptimas”. 

Barrientos subraya que se necesita una acción decisiva para elevar las coberturas. “Se requiere un análisis detallado para ver dónde están exactamente las barreras, que, como ya se dijo, tienen que ver con cuestiones de abasto internacional, pero también con problemas de logística local”. 

Hay que sentarse y analizar del lado de la oferta y la demanda, en cuestiones como la capacidad de México para conseguir vacunas en este entorno muy competitivo, con más población y menos oferta, expone. 

Además —dice—, debe haber una reflexión social muy profunda, “que debe ocuparnos a todos y a todas respecto a la inversión, porque lo que le da soporte a la vacunación es el sistema de atención primaria (del que son parte los centros de salud y las unidades de medicina familiar, donde principalmente se colocan las vacunas); si no hay una inversión consistente y sostenida en este, vamos a empezar a chocar con que la población sobrepasa su capacidad de respuesta”. 

(Con información de Animal Político)

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