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Durante este fin de semana, al menos 13 personas murieron y más de una veintena resultaron heridas en siete tiroteos en Estados Unidos, en un momento en que los legisladores luchan por reaccionar a la epidemia de violencia con armas de fuego en el país.
Los tiroteos se produjeron después de que una serie de asesinatos en masa hayan vuelto a arreciar los llamados para reformar las leyes sobre armas del país.
Un tiroteo en la madrugada del domingo cerca de un club nocturno de Chattanooga, Tennessee, se saldó el domingo con dos muertos.
Cuatro personas más (dos muertos y dos heridos) fueron atropelladas por vehículos que huían del lugar de los hechos, dijo la jefa de policía local, Celeste Murphy, quien añadió que «varias» víctimas seguían en estado crítico.
En Filadelfia, dos hombres y una mujer murieron el sábado cuando varias personas abrieron fuego contra una multitud en una popular zona de vida nocturna de South Street.
En Saginaw, Michigan, tres personas murieron y otras dos resultaron heridas en un tiroteo el domingo, informaron MLive.com y la televisión WEYI, citando a la policía local.
En el condado de Clarendon (Carolina del Sur), un tiroteo en una fiesta de graduación dejó un muerto y siete heridos, informó la policía en un comunicado.
En Arizona, dos hombres murieron y otras dos personas resultaron heridas después de un tiroteo afuera de un bar el domingo temprano.
Además, una persona murió y otras ocho resultaron heridas en un tiroteo el sábado en un centro comercial en Phoenix, según la policía local.
Peticiones de medidas
La violencia con armas de fuego se ha vuelto algo común en Estados Unidos, con más de media docena de tiroteos solo este fin de semana, según el Gun Violence Archive.
Pero la conmoción está desbordada tras los recientes tiroteos masivos en una tienda de comestibles en Buffalo, Nueva York, y una escuela primaria en Uvalde, Texas, que dejaron 10 y 21 muertos respectivamente, provocando incontables llamados a tomar medidas.
El presidente Joe Biden fustigó a los republicanos que se oponen a restringir la venta de armas y deploró que lugares como escuelas u hospitales «se hayan convertido en campos de exterminio, campos de batalla».
El senador demócrata Chris Murphy trabaja con un grupo parlamentario bipartidista en una serie de reformas.
La labor es ardua porque los republicanos rechazan casi sistemáticamente la mayoría de las medidas destinadas a regular las armas.
Murphy dijo el domingo que el grupo espera elaborar un proyecto que cuente con el apoyo de al menos 10 republicanos, además de casi todos los demócratas.
Las medidas, adelantó, incluirían «una inversión significativa en salud mental, financiamiento para la seguridad en las escuelas y algunos cambios pequeños pero fuertes en las leyes de armas», entre ellos controles más estrictos de antecedentes de los compradores de armas de fuego.
Cambio de postura
En Texas, estado conservador y amante de las armas, más de 250 entusiastas de las armas de fuego, incluidos donantes del gobernador republicano Greg Abbott, firmaron una carta abierta apoyando los esfuerzos de reforma bipartidista publicada como anuncio en el Dallas Morning News.
Los firmantes de la carta respaldan ampliar las verificaciones de antecedentes, elevar la edad para comprar armas a 21 años y crear leyes de «bandera roja» destinadas a mantener las armas fuera del alcance de las personas consideradas en riesgo de violencia.
Según una encuesta de CBS News, la mayoría de los estadunidenses está a favor de normas más estrictas para la posesión de armas y 81% apoya la verificación de antecedentes de los compradores potenciales.
La violencia con armas de fuego en Estados Unidos ha matado a más de 18 mil personas en lo que va de 2022, incluidos casi 10 mil 300 suicidios, según el Gun Violence Archive.
(Con información de Excélsior)