Manifestación de militares: crece el descontento
«Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más pronto”. Voltaire
Simón Vargas Aguilar
¿Qué implica que los militares en retiro hayan decidido salir a protestar? Pocas veces este sector se ha manifestado públicamente, y es que habrá que reconocer que, por su perfil, disciplina y tradición de lealtad, plantearse una marcha contra las instituciones gubernamentales estaba lejos de su perspectiva, sin embargo, la crisis social está alcanzando límites importantes.
Es así que el pasado 30 de noviembre, las calles de la Ciudad de México fueron testigo de un evento inusual, y aunque fue parcialmente cancelada, cientos de exmilitares, algunos con uniformes desgastados y pancartas en mano, marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo para exigir dignidad en su retiro.
En los últimos meses, la crisis social ha escalado de manera evidente, alimentada por una serie de fallas estructurales y uno de los temas más citados ha sido la falta de medicamentos, insumos y equipo en el sistema de salud público. Con hospitales saturados y pacientes esperando meses por tratamientos básicos, el dolor y la desesperación poco a poco se han ido convirtiendo en hastío e indignación.
Las deficiencias crecientes en el sistema de salud se han transformado en un reclamo nacional, y a lo anterior hay que sumar, el incremento en el número de desaparecidos, un problema que persiste pese a las promesas de justicia y seguridad, dejando a familias enteras en la incertidumbre; la situación en el campo mexicano, las manifestaciones en el sector de transporte y por supuesto el avance del crimen organizado y la inseguridad.
Lo que hace esta manifestación significativa es su origen ya que no es común ver a militares en retiro en las calles; su participación señala que el umbral de tolerancia ha sido superado, y que el gobierno actual está erosionando la lealtad de quienes dedicaron su vida a defender a la patria.
Al margen del número de participantes hay que reconocer que las peticiones y reclamos llevan el respaldo de militares comprometidos con México, con décadas al servicio de la Nación como el General de División en retiro Sergio Aponte Polito, reconocido por su papel en la lucha contra el narcotráfico y por sus críticas previas a políticas que sobrecargan a las Fuerzas Armadas, a él se sumaron diversos generales, jefes, oficiales y tropa.
Su participación no es casual; es un llamado de atención desde las entrañas del sistema, donde el descontento no se limita a lo económico, sino que es mucho más profundo y se acerca a temas complejos como el honor y el respeto institucional.
Hasta hace unos años, el sector salud militar era motivo de orgullo en nuestro país, los hospitales castrenses se distinguían por su atención de primera clase, su tecnología de vanguardia, el número de especialistas capacitados y un modelo integral que garantizaba cobertura a soldados activos, retirados y sus familias. Era un sistema digno, símbolo de eficiencia, sin embargo, en los últimos años ha sufrido transformaciones dolorosas, la atención es deficiente, con consultas pospuestas indefinidamente y quirófanos subutilizados por falta de insumos y mantenimiento, además los medicamentos son insuficientes, obligando a pacientes a comprarlos por su cuenta o resignarse a tratamientos incompletos.
Aunado a la situación en temas de salud, entre las peticiones más importantes de la marcha destacan las siguientes, las cuales revelan la profundidad de la crisis: 1) Incremento en pensiones, los manifestantes reprochan que el aumento del 4% autorizado recientemente es insuficiente ante la inflación y el costo de vida, 2) condiciones dignas de retiro, 3) respeto institucional a las Fuerzas Armadas, criticando la sobrecarga de tareas civiles y 4) atención a las viudas y huérfanos, cuyas pensiones son «tan bajas» que apenas cubren necesidades básicas.
Esta manifestación es un síntoma alarmante de la falta de empatía y la poca capacidad de atención de diversas instancias gubernamentales ante demandas sociales que se han agudizado recientemente. Mientras los diferentes niveles de gobierno insisten en programas sociales que suenan bien en el papel, la realidad es un panorama de desigualdad y frustración que continúa agravándose.
- Consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.







