El otro presidente de México nacido en Durango capital
Rubén Cárdenas
Es del dominio público que don Guadalupe Victoria fue el primer presidente de México (1824-1829) y que nació en Durango bajo el nombre de José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix; sin embargo, hubo otro mandatario nacido en esta entidad, con un nombre todavía más largo y desconocido.
Se trata de Juan Bautista Loreto Mucio Francisco de Asís de la Santísima Trinidad Ceballos Gómez Sañudo, abogado de profesión, quien gobernó México de manera interina entre el 6 de enero y 8 de febrero de 1853. Aquí en su tierra se le identifica como Juan B. Ceballos, nombre que lleva un poblado a 25 kilómetros de Durango capital.
A los dos duranguenses les tocó, respectivamente, llevar las riendas del país en un periodo del México convulso, la primera etapa de la conformación de la República, luego de la lucha independentista que inició de 1810 a 1821.
Durante la lucha de Independencia, Fernández y Félix adoptó el nombre de Guadalupe Victoria y tres años después de la firma de paz -tras once años de cruentas batallas- se convirtió en el primer presidente de México, ya como República.
No obstante, pese a la culminación de la guerra de Independencia, esa etapa que siguió fue todavía caótica. Los intereses de liberales y conservadores enrarecieron el entorno político y no fue fácil la estabilización política, económica y social, quizá como hasta la fecha.
Guadalupe Victoria estuvo al frente de la primera presidencia durante cinco años completos, mientras que Juan B. Ceballos tuvo un paso mucho más breve en ese encargo, de sólo un mes y dos días. En aquellos años, hubo mandatarios que ejercieron el poder por períodos todavía más rápidos.
El municipio de Tamazula vio nacer a Guadalupe Victoria y Ceballos Gómez Sañudo vio la primera luz en Durango capital un 13 de mayo de 1811; murió en París el 20 de agosto de 1959. Ninguno de ellos tuvo un desarrollo profesional o político en su tierra natal, sino en otras entidades.
De hecho, Ceballos fue también gobernador del estado de Michoacán y presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 1852 a 1853, año en el que renunció para convertirse en presidente de México, tras la renuncia de Mariano Arista.
Después de un mes y dos días en que sobrellevó bien la alta responsabilidad al frente del Poder Ejecutivo Federal, Ceballos le entregó el poder a Manuel María Lombardini y se reincorporó a sus actividades como profesional del Derecho, en donde siempre destacó.
Entonces, Durango ha tenido dos presidentes de la República, aunque uno de ellos no sea tan conocido. En el actual espectro político, no se vislumbra la posibilidad en otro duranguense para llegar a tan relevante cargo, pero en política suelen surgir escenarios inesperados e impensables. Nos falta mucho por ver.
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