sábado 18, octubre, 2025

DOGMA DE FE

MTV y el adiós a la banda sonora de nuestras vidas

Marcos Durán Flores

Hay momentos de la historia en los que un hecho parece sellar un capítulo de la memoria en nuestra experiencia compartida. Eso ocurrió para mí el primero de agosto de 1981, cuando MTV, el primer canal de música en vídeo 24 horas, llegó a nuestros televisores y literalmente cambió nuestras vidas con el nacimiento del vídeo musical. Ver MTV nunca fue una experiencia solitaria; era algo comunitario: con amigos. La música no era ruido de fondo; era la banda sonora de nuestras vidas, la rebelión y la autoexpresión. 

El primer vídeo que se reprodujo fue bastante irónico. «Video Killed The Radio Star» de The Buggles, un grupo desconocido en Estados Unidos, pero que renació y se convirtió en un icono de la música. Ahí mismo en MTV pudimos ver el estreno de “Thriller” de Michael Jackson, “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, “Vogue’ de Madonna y «Losing my religion» de R.E.M, lo que contribuyó al auge de los videos transmitidos por televisión. Para quienes crecimos en las décadas de 1980 y 1990, MTV no era una emisora ​​más, pues ver los estrenos de videos era una especie de ritual, un profundo cambio cultural, un creador de tendencias, un movimiento y, para muchos, un reflejo de la juventud misma. 

Pero nada es para siempre y hace unos días, MTV, la otrora poderosa marca que entretenía a más de 1.400 millones de personas en 180 países, anunció, por una decisión económica, el cierre de canales de música para este diciembre. Para una generación de personas que pasamos años pegados al televisor, buscando éxitos, interpretando videos musicales y definiéndonos a nosotros mismos en función de lo que se emitía. Estamos ante algo más que una simple decisión comercial: es el fin de una era. Al perder MTV, se pierde una parte de la historia de la cultura musical, y eso es una verdadera tragedia.

¿Pero cómo llegó a este punto? Durante su historia, MTV intentó diversificar su programación con programas, reality shows y series. Quedó bastante claro que ya no era solo un canal de música. Luego lo digital y el antes canal revolucionario de la industria musical sucumbieron a la era del streaming. 

El cambio radical en la forma en que las personas consumen entretenimiento dejó obsoleta la antes emocionante experiencia de esperar a que se transmitiera tu video favorito, ahora eclipsada por la gratificación instantánea. YouTube, Instagram, TikTok y Spotify han abierto la experiencia musical a todos. Los mismos adolescentes que antes se sentaban a ver programas de cuenta regresiva para ver a Britney Spears o Linkin Park, ahora navegan por listas de reproducción personalizadas y tendencias de baile virales. No necesitan de nadie para que les diga qué es lo que está de moda: el algoritmo ya lo sabe.

La caída de MTV fue gradual, pero inevitable. Su fortaleza residía en la selección de artistas: la capacidad de decidir cómo se presentaba la música. Pero aquí, en la era digital, la selección está descentralizada y el monopolio del descubrimiento musical se ha roto hace años.

Es fácil idealizar el pasado, pero la realidad es que el legado de MTV persiste, solo que en otras formas. La esencia de la televisión musical se ha trasladado al mundo digital. Los canales de YouTube replican la experiencia de los videos musicales, y los servicios de streaming crean listas de reproducción basadas en estados de ánimo, similares a los segmentos clásicos de MTV. La narrativa ha evolucionado, el medio ha cambiado, pero el impulso de conectarnos a través de la música persistirá.

El cierre de MTV significa la desaparición de un hito cultural que marcó el paisaje sonoro de nuestra juventud. Aun así, mientras el último acorde de la época musical se desvanece en la distancia, lo que permanece es cierto: nunca se trató de la televisión. Se trató de la música, el sentimiento, la rebelión y la fiebre colectiva. El canal puede quedar en silencio, pero la banda sonora que legó, quedará grabada para siempre en los recuerdos y en los corazones de todos los que alguna vez pensamos que el mundo podría contenerse dentro de los confines de un video musical de tres minutos.

@marcosduranfl

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