Luis Alberto Vázquez
Si la vida humana es terriblemente paradójica, la política es infinitamente más y si no, los políticos se encargan de generar absurdos cada vez más colosales, de tal magnitud que a veces ellos mismos dudan de que sean reales. Crean episodios que provocan emoción colectiva apelando al orgullo, miedo o tristeza por desastres o asesinatos sensibles, terribles, oprobiosos y surge entonces una cobertura mediática masiva que, con narrativas simples de historias fáciles de seguir, provocan noticias que saturan los medios y redes sociales, logrando desplazar temas complejos. Se les conoce como “cortina de humo” y esos eventos o narrativas suelen, y en la mayoría de los casos, desviar la atención pública de problemas graves, manipulando el foco mediático o emocional.
Logran obtener respaldo mundial porque generan miedo y hasta pánico en múltiples comunidades. Utilizan narrativas terribles que ofrece daños irreparables de los que casi nadie podría salvarse; en antropología se le ha definido como: “Miedo totalizador que sienten los habitantes de un colectivo ante la expectativa de una enorme cantidad de muertes que potencialmente o de hecho afectarían a todos y terminarían con el mundo tal como se conoce”.
Hoy existe una seria pregunta que plantea crisis sumamente grave, casi al borde del colapso se encuentra el mundo con infinidad de conflagraciones entre naciones y luchas internas. Pero en nuestro entorno surge una duda terrible que nos puede atraer a esa hecatombe: ¿Qué sucede en USA? Millones de norteamericanos están ahora mismo desempleados sufriendo agobiante vida debido a que tenían todo y ahora todo sustento se les escapa de las manos, incluyendo la salud. Padecen inflación galopante, violencia exacerbada con tiroteos en escuelas, supermercados y restaurantes que causan escalofríos. Lo macroeconómico es desastroso, el dólar colapsa y la bolsa de valore sufre convulsiones dramáticas; escapan de su territorio empresas que antes eran su orgullo y el turismo se derrumba. Auténtica recesión económica y social.
Aunado a todo eso, su gobierno vive una terrorífica acusación de pederastia que involucra al titular y embarra a sus colaboradores de complicidad culposa. Los medios de comunicación se saturan de noticias nefastas y aquel parece no verlas, entenderlas y en el peor de los casos, su capacidad física y mental está colapsada.
A ver si me explico: un país antes muy poderoso ahora está sufriendo… su máximo dirigente necesita hacer algo muy trascendente, un golpe sobre el escritorio que quite la atención de aquellos gravísimos estigmas ¿Por dónde? ¿Cómo lograr una distracción mediática formidable?
Y sucede… un crimen atroz, horrendo, repugnante; sobre alguien con presencia muy amplia en la comunidad, con infinidad de seguidores que están dispuestos “A todo” y zas, que tal vez, y solamente tal vez por azar ocurre… ¿Algún Eróstrato, tan desquiciado como su dirigente nacional, con el complejo de inmortalidad destruyendo a otro para pasar a la historia? ¿Otra “Noche de los cristales rotos” ahora contra los demócratas?
Desafortunadamente para la narrativa del dictador naranja, el hoy principal “sospechoso” del asesinato del youtuber americano ultraderechista que luchaba a favor de la discriminación racial, de la amplia venta de todo tipo de armas, antifeminista, antiLGBT+ y pronazi, no resulto ser delincuente migrante, ni latino ni negro, ni radical de izquierda; es un americano blanco, de origen europeo y cuya familia pertenece al partido republicano. Lateralmente, Utah es un estado gobernado por el mismo partido del presidente y al que no se piensa enviar tropas para evitar en él la violencia.
Puffff, bueno, varios días sin acusaciones de pederastia en los medios…