martes 9, diciembre, 2025

Las Agujas del Reloj se serenaron para recordar a Gastón

Raúl Adalid Sainz
Ahí estuviste presente Gastón, en los pasillos, en la sala Héctor Mendoza, de la Compañía Nacional de Teatro. Fuimos de distintas partes de la ciudad para estar con tu sonrisa, con tu ser, a sentir el último secreto que quizá no habíamos escuchado de ti.
Sentarse a charlar con Gastón era sentir la vida. Tenías el don de revelar en signos el tránsito de este caminar.
Ayer en tu homenaje, escuchamos, vimos tu sonrisa, tu ironía tan ocurrente que te hacía único. Estaban tus cenizas como el recodo que ardía en el presente.
Fue un mediodía de la escucha, del recibir lo que tus compañeros amigos querían decirte. Quizá porque nos resistimos a tu adiós. Así sucede con la gente que nos va a ser irrepetible.
Aurora Cano, directora de la Compañía Nacional de Teatro, nos dio la bienvenida, nos ofreció el camino de tránsito actoral de Gastón. Luisa Huertas, esa querida y extraordinaria actriz, lo recordó, tenía ella dieciocho años, y Gastón un hombre en los treinta. El teatro, la obra que hacían, le vertía su admiración. Lindo escrito de Luisa que nos hizo sentir al querido amigo. La misma Luisa leyó un mensaje de la actriz Sofía Álvarez, donde se narraba el gran sentido del humor de Gastón.

Resulta que una compañía de teatro, donde participaba Gastón, fue a Jerez, Zacatecas a presentar un espectáculo sobre el poeta jerezano Ramón López Velarde. Les ofrecieron una cena, y el presidente municipal les agradeció su presencia. Una característica tenía el edil: era rubio de ojo azul, y respondía al nombre de Benito Juárez. Al saludar a Gastón, este le dijo: «mucho gusto señor Juárez, Maximiliano de Habsburgo».

Así de ocurrente era Gastón. Los actores Julieta Egurrola, Óscar Narváez, le expresaron su hondo cariño. Armando Casas, director de la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas, y quien dirigió a Gastón en tres películas («Un Mundo Raro», «Para Vestir Santos», y «Familia Gang») habló de su amistad con Gastón, de su experiencia dirigiéndolo, y de la importancia del actor en el mundo de la cinematografía. Sentido e inteligente adiós para su amigo. Dentro del recorrido de Gastón por el cine méxicano, el extraordinario realizador Arturo Ripstein mandó un mensaje reconociendo el buen quehacer actoral de Gastón.
La sala Héctor Mendoza respiraba la presencia en brillo del querido actor. Gastón cantaba en último canto de cisne. Él vivía en toda luminosidad como en su juventud por la Casa del Lago.
El actor Issi Rojano, quien vio por Gastón en sus últimos años, nos regaló un sentir hondo en reparo de la ausencia. Él llevó la urna con las cenizas de nuestro actor. Mismas que serán regadas como un abono eterno en algún madroño de Chihuahua. Tierra del querido Gastón. Gracias Issi por tu invitación al evento. Gracias a Aurora Cano por invitarme a leer un escrito («Gastón, un Caballero de Fina Estampa Actoral») que le regalé a Gastón un día de su cumpleaños.
Sí, ayer las agujas de los relojes se serenaron en la Compañía Nacional de Teatro, última casa de trabajo de Gastón, para dispensar el cariño, el amor íntegro a un ser enamorado de su teatro, de su cine, de su gran programa televisivo «La Cosquilla», de su ser amplio de actor.

Actores jóvenes, maduros, directores, técnicos, le dimos de pie, más de un minuto de aplausos. La fotografía de un Gastón joven en el foro, refulgía, se conmovía, y a lo mejor en su ironía decía: » No es para tanto, si nomás me morí «.

Gracias querido amigo por tanto que nos obsequiaste. Tu ser era un joyero que guardaba perlas de sílabas hermosas, mismas que eran también, muy, pero muy traviesas.
«¡Pellizcos en la nalga!», era tu jocosa frase de despedida.

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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