Luis Alberto Vázquez Álvarez
La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica-social clasificatoria de las necesidades humanas que motivan el comportamiento individual y social, jerarquizándolas en diversos niveles, desde las más básicas hasta las más elevadas, recomendando que las inferiores deben ser satisfechas antes de que las personas o sociedades puedan enfocarse en las superiores. Prioriza las fisiológicas (respirar, comer, beber, dormir, sexo y habitación) sobre las de pertenencia, (amor y seguridad), destacando la autoestima y realización a través de la supervivencia planetaria con un consumo responsable de los recursos naturales.
Lo esencial para lograr esta gradación es la capacidad de decisión sobre cómo lograr esta delectación y en ella entra primordialmente el logro del sueño más deseado por el ser humano: acceder a una libertad sin límites, una libertad absoluta.
Para el filósofo francés Jean Paul Sartre lo primero es rechazar toda determinación, lo mismo conceptuales del propio intelecto, entendidas como determinaciones procedentes del mundo externo o cualquier otro tipo de coacciones contrarias a la libertad. Es decir, que la libertad no tenga ningún condicionamiento, pues cualquier condición que limita la libertad es provocativa de vergüenza para quien la padece. Por ello dice Sartre que “la existencia precede a la esencia”, uno de los pilares fundamentales del existencialismo, ya que esta idea tiene profundas implicaciones filosóficas, especialmente en relación con la libertad, la responsabilidad y la naturaleza humana.
Para él, Primero existimos, luego definimos lo que somos; rechaza la idea de que haya un «plan» o «propósito» preestablecido para los seres humanos, quienes aparecen en el mundo, existen, y luego se definen a sí mismos, construyendo con sus elecciones y acciones, su propia esencia, implicando que somos completamente libres para decidir quiénes queremos ser. Sin estar determinados por nuestra cultura, genética o historia, sin tener derecho a culpar a otros, a la sociedad o a nuestra «naturaleza» por lo que hacemos como creían los filósofos deterministas.
Sin embargo, esta libertad absoluta genera angustias, lo mismo en el individuo que en la sociedad porque no hay guías externas que nos digan qué hacer. Estamos solos frente a nuestras decisiones. De ahí que “Estamos condenados a la libertad”, la cual es condición fundamental del ser humano, ya que cada uno es libre de definirse a sí mismo y es imposible escapar de ella; siempre estamos eligiendo, incluso cuando decidimos no actuar. De ahí esa “angustia” que es una reacción natural ante la soledad de las decisiones, lo que puede resultar abrumador para muchos.
En esta “libertad”, cada elección que hacemos es un acto ético y siguiendo el imperativo categórico kantiano, No solo decidimos por y para nosotros mismos, sino que estamos aseverando que ese valor o acción es válida para todos. «Al elegir por mí, elijo al mismo tiempo lo que considero bueno para todos.» Por ello la libertad implica una responsabilidad ética universal ya que proponemos un modelo de humanidad dado que nuestras acciones afectan y modelan un mundo compartido.
Así pues, la ética existencialista no es “haz lo que quieras”, sino “haz lo que quieras asumiendo plenamente las consecuencias para ti y para los demás” ya que actúas con libertad.
Hoy el mundo entero enfrenta el problema ambiental con evidente cambio climático, así como destrucción continua y permanente de biosistemas. El dictador naranja de USA niega todo eso y habla de libertad del actuar priorizando las utilizades comerciales y mercantilistas en nombre de “libertad de empresa” la ven como una licencia para hacer lo que deseen, sobre la conservación de la naturaleza sin medir consecuencias. Al contrario, todos los seres humanos que poblamos este planeta somos responsables de nuestras elecciones, y eso incluye el cómo usamos los recursos naturales, cómo los consumimos y cómo impactamos el entorno. Cada acción ecológica o antiecológica es una afirmación de valores que proponemos para toda la humanidad. Debemos actuar con responsabilidad ambiental, respetando los derechos humanos, promoviendo la justicia social y evitando el desperdicio y consumo excesivo.