No es lo mismo ser borracho…
Julián Parra Ibarra
Ya lo dice el clásico popular, que no es lo mismo ser borracho que cantinero, pero ¿a qué viene esto? A que no es lo mismo señalar y cuestionar los casos de corrupción y delincuenciales de personajes de los gobiernos de enfrente, que cuando les corresponde ser el gobierno cuestionado por los demás.
Felipe Calderón ha sido desde siempre la némesis del presidente de cuyo nombre no quiero acordarme porque nunca pudo superar que le ganara por medio punto porcentual, y todo el tiempo ha alegado que le ‘robó la presidencia’.
Obvio es que si el secretario de Seguridad del panista, Genaro García Luna, incurrió en actos de corrupción ligados al narco y por ellos se encuentra detenido y procesado en los Estados Unidos, ya sabe usted quien, y todos los de su movimiento lo han utilizado y disfrutado de lo lindo cada que hay oportunidad de ponerlo sobre la mesa.
Sin embargo, no ocurrió lo mismo cuando Ignacio Ovalle, titular de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) fue creada para asegurar los precios de garantía establecidos para los productores del país, y con ello se supone que se garantizaría la seguridad alimentaria de los más pobres, los más necesitados de México, incurrió en actos de corrupción al causar un fraude por encima de los 15 mil millones de pesos.
Entonces, el presidente protegió a su amigo personal, lo removió del puesto de director para quitarlo del ojo del huracán, le buscó y encontró un escondite en la secretaría de Gobernación que le sirvió como manto protector ¿Y cuál fue la reacción de quien se supone iba a terminar con la corrupción barriendo las escaleras de arriba hacia abajo?
Lo defendió y hasta lo justificó: dijo que Ignacio Ovalle era gente buena, ‘pero lo engañaron priistas de malas mañas –a los que él llevó como colaboradores-, acostumbrados a robar, y empezaron a hacer compras con empresarios corruptos’ ¿Y eso justificaba el enorme desfalco al erario que nunca se recuperó, porque lo engañaron y él lo permitió? ¿Eso le eximía de la responsabilidad al ser el director de la dependencia que vino a suplir a la Conasupo de los gobiernos anteriores?
No, pero ya sabe usted que en la religión del morenismo, bastaba que cualquier acto de corrupción fuera santificado desde el púlpito presidencial, y las personas quedaban inmaculadas, como ha ocurrido con muchos otros casos.
Ahora parece que al morenismo se le ha presentado su García Luna, con Hernán Bermúdez, que fue designado como secretario de Seguridad de Tabasco cuando el actual líder de Morena en el Senado era el gobernador de la entidad, ha sido denunciado no solamente por estar ligado a los grupos de la delincuencia organizada, sino a ser el líder del grupo delincuencial conocido como ‘La Barredora’, y sobre quien pesa una orden de aprehensión y existe una ficha roja emitida por la Interpol. Ahora se sabe que justo cuando se liberó la orden de aprehensión, abandonó el país.
El morenismo en pleno, incluso durante la asamblea nacional realizada el domingo pasado los asistentes le corearon el clásico ‘no estás solo, no estás solo, no estás solo’. Tras el posicionamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum en una de sus mañaneras de la semana pasada de que el ex secretario de Gobernación tendría que ofrecer una explicación al respecto, Adán Augusto salió de su escondite y dijo que él nunca supo que su subalterno estuviera involucrado con la delincuencia organizada.
“No sospeché, si hubiera sospechado de él, inmediatamente lo hubiésemos separado del cargo”. Esa no es la misma posición que desde la secretaría de Gobernación ni en la tribuna del Senado, asumía tratándose de García Luna y Calderón, pero ahora que le surgió su propio ‘garcialunita’ la cosa varea y cambea.
Quizá la voz que mejor se expresó y fue un poco más congruente, es la del ex panista Manuel Espino, que en su cuenta de ‘X’ escribió: “Lo dije y lo reitero: si Felipe Calderón no sabía que su secretario de seguridad era narco, era por pendejo o por cómplice. Lo mismo digo respecto del senador Adán Augusto. Yo no voy a solapar a nadie, así sea de mi partido Morena. Alguien dijo: Nadie por encima de la ley. De acuerdo, que explique”.
De los desfiguros de los funcionarios de los gobiernos pasados, el presidente de cuyo nombre no quiero acordarme siempre dijo que no era creíble que no supieran lo que estaban haciendo sus subalternos porque el presidente es el hombre mejor informado de México. Pero cuando se trata de sus gobiernos, no sabía nada del fraude en Segalmex; y ahora Adán Augusto dice que como gobernador no sabía que su secretario de Seguridad no solo estuviera ligado al narco, sino que lideraba la célula de ‘La barredora’, dependiente del Cartel Jalisco Nueva Generación.
No, si no por nada existen los dichos, ¿verdad que no es lo mismo ser borracho que cantinero?
X= @JulianParraIba