sábado 7, junio, 2025

ALGO QUE VALE LA PENA LEER

ALBERTO BOARDMAN

Termush

“Mientras nosotros sigamos pareciendo nosotros y los espejos de las habitaciones confirman que lo seguimos pareciendo, también el mundo se parecerá al mundo”. Sven Holm.

En la ficción literaria existen dos géneros que buscan explorar el comportamiento humano ante dos tipos de futuros: El utópico que implica lo ideal y la perfección, y su contraparte, el distópico, que se relaciona con la tragedia apocalíptica. Ambos, forman parte de la ficción especulativa que busca más allá del contexto literario, crear una reflexión desde la introspección ante una realidad distinta a la que cotidianamente experimentamos. Grandes ejemplos de clásicos de ficción distópica son: “1984” de Orwell, o “Fahrenheit 451” de Bradbury.

De los tesoros escondidos la literatura danesa, publicada originalmente en 1967, y rescatada en 2024 por la editorial Impedimenta, “Termush”, del escritor y dramaturgo Sven Holm (1940-2019), es un clásico distópico que con apenas 137 páginas vale la pena leerse de un plumazo.

Escrita en el apogeo de la Guerra Fría, cuando las posibilidades de una catástrofe nuclear comenzaron a ponerse de moda, Holm nos transporta a un mundo en el que, sin más explicaciones, un maestro universitario cuenta a manera de diario su experiencia en el interior de un complejo hotelero de lujo que funciona como una especie de isla blindada del polvo radioactivo que azota el planeta. Los huéspedes de ese bunker pagaron durante mucho tiempo una especie de “seguro de supervivencia” previendo un futuro cataclismo, y ahora, intentan retomar la rutina de la vida hasta donde les es posible. Entonces aparecen la claustrofobia; los peligros del contagio radioactivo; el miedo ante las invasiones de sobrevivientes que desde el exterior buscan hacerse de recursos, así como una serie de dilemas éticos, que, si bien son narrados desde la ficción, resultan tan actuales como el fenómeno migratorio, la tiranía o los sentimientos encontrados de una libertad enclaustrada en el cansancio.

“Mi imaginación se ha paralizado, me he sorprendido a mí mismo cambiando los cuadros de sitio, limpiando el lavabo y comprobando si la lisa superficie de los muebles tenía polvo, todo para poner a prueba mi capacidad de controlar mi entorno”. Sven Holm.

Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.

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