Sergio Arévalo
Chocolate para el alma
Hablar de Laura Esquivel y de su obra es una gran reto y sin duda no es cosa menor. No me malinterpreten, no lo digo porque tenga una personalidad difícil o que su obra literaria sea densa, todo lo contrario, Laura a través de sus letras nos ha regalado un bocado al corazón. En donde a través de sus palabras hemos aprendido sobre feminismo, la evolución de las personas, el disfrutar del comer, de valorar y amar nuestras pasiones y nuestro pasado.
Es sin duda una de las mujeres más importantes de la literatura hoy en día, un referente del realismo mágico. Aunque debo de decir que ella va más allá de una tendencia narrativa, ya que ella establece, como sus personajes, sus propias reglas.
“Malinche”, “La ley del amor”, “A Lupita le gustaba planchar”, “Mi negro pasado”, “Estrellita marinera”, “El diario de Tita” y “Como agua para chocolate” son parte de su obra literaria, que si de números hablamos no es para menos sus más de 7 millones de libros vendidos alrededor del mundo. Promotora de los cambios personales, ejemplo de que en ocasiones la necesidad nos abre puertas que ni nos imaginamos a donde nos puede llevar. Teniendo inicios como educadora y que por situaciones de la vida la llevaron a un mundo lleno de historias y letras.
Algo que me emocionó cuando leí por primera vez “Como agua para chocolate”, es que mencionaba a Piedras Negras. Y es que me van a perdonar pero que se hable de algún municipio de Coahuila en la literatura, no es tan recurrente como uno quisiera. Además de que la historia se situaba en la revolución, siendo idóneo nuestro estado para ubicar la historia.
Más de 25 años pasaron para que llegar a nuestras manos “El diario de Tita” en el cual nos invitó a recordar, revivir, volver a llorar, hacer uno que otro coraje y entender mucho más de nuestra querida Tita y si bien algunos dirán que las segundas partes nunca son buenas, aclaremos que no es tal, más bien es una mirada diferente a la historia que conocíamos además de darnos más información que nos despeja algunas dudas que tuvimos al terminar el primer libro.
Después llegó a nosotros Horacio y las sorpresas que llevó a su casa. Hablo del libro “Mi negro pasado” un título que para empezar más de uno nos sentimos identificados sin necesidad de leer el libro, pero que ya entre sus páginas genera interés, curiosidad y reflexión. Creo que después de leer esta culminación de la saga nos hizo preguntarnos de dónde venimos y quiénes han formado parte de nuestra historia. Es este libro la culminación literaria de la historia de Tita y los entrañables personajes que nos presentó la autora.
Laura nos deja claro que las letras pueden ser las mismas pero la intención no. Al igual que las recetas de cocina. Una persona puede comprar los mismos ingredientes, en el mismo lugar y seguir la misma receta pero no por eso el sabor será igual. Eso me recuerda un tanto a mi suegra y sus hermanas, que si bien su madre les enseñó hacer las empanadas de cajeta. Teniendo la misma maestra y las mismas indicaciones, quien ha probado las cinco distintas versiones, podría asegurar que son recetas completamente diferentes. Cada quien, con sus pros y contras, claro que para no caer en controversia y no me pidan el divorcio terminando esta columna diré que las de mi suegra son las mejores.
Ver desde otra perspectiva la elaboración de alimentos como el pan de pulque, los dulces de nuez, la carne asada, los cabuches, el cabrito y el vino tinto entre otros que forman parte de nuestra mesa. Dejando la pregunta en el aire ¿Qué historias podríamos contar alrededor de cada una de las recetas tradicionales de nuestro estado?
La obra de Laura Esquivel se encuentra hoy entre las manos de nuevas y nuevos lectores en la librería o biblioteca, quizá en la herencia literaria de una madre a su hija. En la playlist “Como agua para chocolate, la saga” o en alguno de sus audio libros. En círculos de lectura formales o improvisados. En las recomendaciones de BookTubers y creadores de contenido literario. Termino diciendo que sin duda alguna, la inteligencia artificial podrá decirnos lo mucho que Laura Esquivel nos ha dado y lo seguirá haciendo.