Crisis y amenazas: el escenario de ciberseguridad
“Si piensas que la tecnología puede resolver tus problemas de seguridad, entonces no entiendes los problemas y no entiendes la tecnología”.
Bruce Schneier.
Simón Vargas Aguilar
Comenzamos el quinto mes de este 2025 y, probablemente, al igual que muchos otros años los sucesos que trascenderán a la historia nos han encontrado de forma abrupta. Aunque es innegable que nos hemos esforzado por mejorar en algunos rubros sociales, se debe reconocer que las fracturas en ámbitos importantes como: la seguridad, la geopolítica, el cambio climático, la polarización social, los problemas económicos, el debilitamiento de las religiones y los ataques a la ciberseguridad, han hecho que nuestro optimismo sea cada vez más limitado.
De acuerdo con datos del Informe Global de Riesgos 2025, publicado por el Foro Económico Mundial en enero de este año, el 52% de los encuestados anticipa un panorama global inestable a corto plazo, es decir, en los próximos dos años, pero a ello hay que sumar que un 31% prevé turbulencias y el 5%, un panorama tormentoso
Además, en comparación con el año pasado se tiene un cambio esencial y es que en un mundo donde la polarización, la violencia y el incremento en las tensiones han sido una constante, los conflictos armados han ascendido del quinto al tercer puesto en la perspectiva a dos años.
Pero, además el principal riesgo contemplado en este documento, por segundo año consecutivo es la desinformación; y es que se menciona que la proliferación de contenido falso o engañoso está complicando el entorno geopolítico de muchas maneras. Es un mecanismo clave para que entidades extranjeras influyan en la intención de voto; puede sembrar dudas entre la opinión pública mundial sobre lo que ocurre en zonas de conflicto; o puede utilizarse para perjudicar la imagen de productos o servicios de otro país.
Lo anterior se encuentra estrechamente vinculado a uno de los factores que más preocupan no sólo a las instituciones públicas y privadas sino también a la mayoría de los usuarios alrededor del mundo: la ciberseguridad. Y es que, aunque la tecnología se ha convertido en una aliada poderosa ésta también se ha transformado en un punto vulnerable.
En información presentada en el documento Perspectivas de la ciberseguridad mundial en 2025 a la pregunta sobre: ¿Qué tan seguro se siente que su país está bien preparado para responder a incidentes cibernéticos importantes dirigidos a infraestructuras críticas? En América Latina sólo el 4% se siente muy confiado de que se podrá enfrentar una crisis, el 14% se declaró confiado y el 42% afirmó no sentirse confiado en absoluto.
Uno de los ciber-riesgos que más preocupan a la población son los ataques de ransomware, estos son conocidos porque un malware cifra los datos de la víctima y los responsables exigen un rescate para restaurar el acceso a la información; ejemplos de lo anterior podríamos enlistar demasiados, como lo sucedido en marzo pasado a la propia Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien reconoció que había sido víctima de un hackeo, asimismo explicó que afortunadamente el teléfono que fue atacado por estos delincuentes no contiene información relacionada con el Gobierno.
De acuerdo con diversos expertos en la materia, ciberatacantes como “Drakonov” y “c4t” han logrado vulnerar los sistemas de al menos diez gobiernos estatales y municipales, entre ellos la Ciudad de México, el Estado de México, Michoacán, Puebla, Quintana Roo y Baja California Sur; otro ataque que vulneró datos sensibles fue el sucedido al Registro Civil de México que provocó la filtración de documentos personales en la denominada dark web. Pero, además, se ha criticado el que las autoridades en muchos de los casos opten por minimizar los impactos que se han tenido y el que además brinden muy poca información.
Se debe reconocer que existe una constante escalada en cuanto a los ataques cibernéticos y aunque se debe celebrar el rápido avance que se ha tenido con respecto a la transformación digital en México, también se debe reconocer que sin una adecuada infraestructura y una ciber-resiliencia, el mundo y nuestro país se encuentra vulnerable ante este sensible riesgo.
- Analista en temas de seguridad, política y educación.