domingo 9, marzo, 2025

A LA BÁSCULA

Fajador contra estilista

Julián Parra Ibarra

Como bien dijera el poeta mexicano Jaime Sabines, no lo sé de cierto, lo supongo, pero todo me lleva a pensar que el presidente norteamericano Donald Trump, es consumidor de algún tipo de las drogas que dice combatir y trata de evitar que lleguen a su territorio y envenenen a sus jóvenes. Cada día antes de salir a la calle habrá que voltear al cielo para ver cómo están alineados los astros, para saber el estado de ánimo que tendrá cada día y tener una idea de cuál va a ser su comportamiento; aunque a lo largo del día registra cambios que a veces son una especie de bandazos.

En su relación con nuestro país, Trump ha sido irrespetuoso con México, aunque habrá que reconocer que -por lo menos hasta el momento-, no ha sido grosero ni patán con nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, como sí lo ha sido con otros mandatarios, empezando con su vecino del norte, el primer ministro Justin Trudeau, a quien llama gobernador, asumiendo que Canadá es ya un estado más de la Unión Americana, aunque habrá también qué destacar que al canadiense le ha faltado inteligencia para no perder la cabeza y caer en el juego del que ahora puede decirse, es su adversario.

En ese sentido, la presidenta mexicana ha sido mucho más inteligente y ha sabido capotear a Trump, quien en todo momento se ha dirigido y referido a ella con respeto; como corresponde, primero, a una dama; y segundo con una igual, porque son pares como presidentes de las dos naciones que mantienen el principal acuerdo comercial en el mundo.

Si bien lo anunciado la mañana de este jueves tras la charla telefónica que sostuvieron ambos mandatarios de no aplicar los aranceles del 25 por ciento a los productos exportados por nuestro país a Estados Unidos, da un pequeño respiro a México, pero no son definitivos. Trump aflojó un poco, pero la bota que nos tiene en el pescuezo desde el inicio de su administración –aunque quizá lo ha sido desde que estaba en campaña- sigue ahí, solo nos dio un nuevo plazo, al 2 de abril, pero se mantendrá vigilante, respirándonos en la nuca, para volver otra vez con sus amenazas arancelarias si así se le antoja.

Pero lo que sí es un hecho muy claro que quizá el presidente norteamericano, siendo un patán como lo es, y acostumbrado a las reacciones y respuestas de otros mandatarios a los que saca de quicio, no ha sabido cómo reaccionar ante una presidenta que le ha enfrentado con una virtud que él no tiene y jamás tendrá: inteligencia. Quizá él espera que Claudia Sheinbaum se altere y responda grosera o altanera, para tener motivos y regresar el pago con la misma moneda. Pero no sabe cómo reaccionar ante una mujer que ha sido inteligente, y en ese terreno le lleva buen trecho.

Pero nadie puede cantar victoria, así sean telefónicos, los encuentros entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump me parece –hablando pugilísticamente-, un duelo entre un fajador y un estilista; el primero de ellos ha soltado y enviado algunos de sus mejores golpes; pero, ella ha sabido evadirlos para evitar que impacten en el blanco deseado.

Él como todo buen fajador, se mueve sobre el cuadrilátero tratando de cazar, de acorralar a su oponente, y espera asestar el mejor de sus golpes para noquear a su rival con un solo mandablazo. Ella como buena estilista, se mueve ágil y grácilmente sobre la superficie con un buen juego de piernas, pasos al costado y giros de cintura para evitar los golpes del contrario, pero al mismo tiempo asestar los suyos que, si bien no son del mismo poder, la perseverancia, la pueden llevar a generar resultados positivos.

Hasta ahora, Claudia Sheinbaum, se ve que bien asesorada, ha dado sus pasos segura, con inteligencia, con argumentos, y ojalá así se mantenga, pero que no pierda de vista que es presidenta de todos los mexicanos, no solamente de los doctrinarios cuatroteros, a quienes parece que se dirigirá en su mensaje del próximo domingo en el Zócalo capitalino.

Si Sheinbaum cree que va a asustar o a impresionar a Trump llenando la Plaza de la Constitución, me parece que está equivocada. Su llamado a la unidad de todos los mexicanos ha tenido un gran impacto, le acompañarán gobernadores de todos los partidos, los empresarios y distintos sectores de la sociedad han cerrado filas atendiendo su llamado.

Pero si ella cree que organizando eventos partidistas va a mantener esa unidad, puede que se equivoque. El movimiento cuatrotero si en algo se distinguió, fue en dividir al país, en genera encono, confrontación. Ojalá que en lo interno en México, Sheinbaum actúe con la misma inteligencia que ha mostrado hacia el exterior. Así, el triunfo podría ser redondo y lograría lo que tanta falta le hace a nuestro país: una reconciliación nacional.

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

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