Jessica Rosales
Un nuevo rumbo para la justicia en Coahuila
La designación de Federico Fernández Montañez como fiscal general de Coahuila no es solo un cambio de liderazgo; es una apuesta contundente por la modernización y la cercanía con la ciudadanía. Su nombramiento, respaldado por la unanimidad del Congreso local, deja un mensaje claro: Coahuila confía en el camino de la eficiencia y la innovación que Federico ha trazado a lo largo de su trayectoria.
Federico no llega con promesas vacías, sino con resultados palpables. Como Comisionado de Seguridad en Saltillo, implementó estrategias que fueron un parteaguas, como los famosos grupos de WhatsApp para mejorar la comunicación entre ciudadanos y autoridades. Es precisamente esta capacidad para transformar lo ordinario en extraordinario lo que hace de su llegada a la Fiscalía un acierto. En un estado donde la justicia a menudo parece distante, su enfoque promete una institución operativa 24/7, capaz de atender las necesidades más urgentes en cada rincón de Coahuila.
El compromiso de ciudadanizar la justicia, de llevarla a las comunidades más alejadas y de incorporar a perfiles con experiencia y visión, habla de una Fiscalía que no será una torre de marfil, sino un aliado cercano y eficiente. La inclusión que anunció de los otros aspirantes al cargo en el equipo de trabajo, además, refleja una política de apertura e inclusión que no se había visto antes en esta dependencia.
La reestructuración anunciada por Federico Fernández no solo es necesaria, sino urgente. La Fiscalía ha cargado durante años con áreas que operan bajo inercias políticas, donde los titulares han agotado su tiempo y compromisos del pasado.
Una institución tan crucial como la Fiscalía necesita hoy líderes con visión y compromiso, capaces de responder a las exigencias de la ciudadanía y de construir una justicia accesible, imparcial y eficiente. Refrescar estas áreas es vital para devolverle credibilidad y dinamismo a una dependencia que debería ser el pilar de la confianza social.
Por si fuera poco, el Gobernador Manolo Jiménez también acertó al designar a Hugo Gutiérrez Rodríguez como Secretario de Seguridad Pública. Pero aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes: todo indica que estamos ante una fusión entre la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad Pública, una integración que promete un enfoque más cohesivo y robusto para enfrentar los retos del estado. Y no, no es una simple sinergia; es una fusión en toda regla que permitirá al Fiscal liderar una visión estratégica en ambas áreas, con el potencial de cambiar las reglas del juego.
Dentro de esta misma reestructuración, uno de los pasos más relevantes será el nombramiento de la titular de la Fiscalía para las Mujeres y la Infancia, un espacio que, según se prevé, podría estar a cargo de Katy Salinas.
Este movimiento no podría ser más acertado: Katy no solo cuenta con un profundo conocimiento en temas de género, sino que ha sido pieza clave en la creación de esta fiscalía especializada. Su trabajo ha destacado por la sensibilidad y la eficacia con la que ha impulsado importantes iniciativas que protegen y empoderan a mujeres y niños, sectores vulnerables que muchas veces han sido invisibilizados en los esquemas tradicionales de justicia.
El reto que tienen Federico Fernández Montañez y su equipo por delante es monumental, pero el camino parece estar bien trazado. La combinación de experiencia, innovación y fusión institucional promete no solo responder a las demandas de justicia de la ciudadanía, sino construir un modelo que otros estados bien podrían replicar.