sábado 23, noviembre, 2024

Hay momentos que son como escuchar un pajarito que canta una canción inexistente

Raúl Adalid Sainz

Esta foto me habla de la luz de encontrar seres maravillosos que comparten el set de la vida. Los queridos Adriana Barraza y Alberto Estrella. Grabábamos, hace un año, una serie que será una luz creativa dentro de los seriales mexicanos: «Una Sencilla Familia Complicada». Una producción de Carmen Armendáriz, un casting creativo de Claudia Cuevas, una dirección extraordinaria de mi querida Mafer Suárez. El guion es de la misma Mafer, con colaboración del gran escritor Carlos Pascual.

Ese día que coincidí con Adriana y Alberto fue hermoso. Recordé con Adriana aquella obra inolvidable llamada: «La Fiera del Ajusco», de Víctor Hugo Rascón Banda, dirigida por la talentosa Marta Luna. Adriana era nuestra asistente de dirección. Ahí la conocí. Era actor de la obra, con un elenco maravilloso encabezado por la actriz Ángeles Marín.

Con mi querido Alberto Estrella me une el teatro también. Por los albores de los dos miles nos conocimos en una obra llamada «Escuadra Hacía la Muerte», de Alfonso Sastre, dirigida por el español Manuel Montoro, Qepd.

Alberto es un gran compañero. Solidario y creativo en escena. Ama el teatro, entregado a su ser de actor, tanto en el cine, como en la televisión. Gusta como yo de escribir. Y platicamos muy sabroso del ejercer el oficio de escritor y de actuar.

En esos recuerdos Alberto le contaba a Adriana de una obra que hice como actor y que le gustó mucho: «Los Endebles», de Michel Marc Bouchard, con dirección de Boris Shoemann. Hablábamos de cómo ser eficientes y creativos como actores, dentro de la exigente inmediatez del trabajo televisivo. No olvidar que Adriana ha sido maestra por muchos años para el actor televisivo. Sergio Jiménez, Qepd, el gran actor, fue su mentor docente y le enseñó muchos secretos de su técnica. Adriana los compartía generosa en su charla. Estaba sorprendida que ella estuviera estelarizando un serial producido por Televisa. Sencilla y asombrada nos decía que ella no tenía el perfil físico que exige la empresa.

Pero hay una razón fundamental en la vida de la actriz que cambió su vida. La película «Amores Perros», y «Babel». El director Alejandro González Iñárritu, confió en ella, para darle dos grandes personajes que dieron giro a su existencia. No olvidar que Adriana estuvo nominada al «Oscar», como mejor actriz de reparto por «Babel».

En nuestra charla, mientras preparaban set, salió mi pregunta: ¿Cuál es el director que más les ha exigido y que sentían que «iban a parir chayotes» (Jerga de actores) con la elaboración del personaje? Adriana contestó: «Alejandro González Iñárritu en «Amores Perros». «Ya no sabía ni lo que quería», recordaba atribulada. Alberto recordó la tremenda exigencia y rigor del director teatral Raúl Zermeño en «Tiempos Furiosos», de Jesús González Dávila. Un gran trabajo el de Alberto y de todo aquel elenco. Iba yo a decir cuál había sido el director y el trabajo que más me había costado cuando nos llamaron al set a continuar la jornada.

Hoy que escribo esto, un año después de lo sucedido, les digo a Adriana y a Alberto, y a ustedes lectores que han llegado hasta aquí, que fue la obra teatral «Los Pequeños Zorros», dirigida por Luis De Tavira. El naufragio lo vi cercano. Un extraño ángel creo que me salvó del ridículo. Bendito sea.

Un gran día con dos seres luminosos que aman su carrera de actriz y actor profundamente. Un gusto que la luz del día de ese recuerdo ilumine esta escritura que hoy hago y que les comparto.

Ahora a esperar el estreno de esa esperada serie. No olviden su nombre: «Una Sencilla Familia Complicada».

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

Compartir en: