Jesús Vázquez Trujillo
La alianza traicionada
El 27 de septiembre de 1821, entró triunfante a la ciudad de México, el Ejército Trigarante al mando de Agustín de Iturbide, y en la retaguardia, en un deslucido último lugar iba el general Vicente Guerrero al mando de su contingente.
Ese día, hubo Te Deums, fiesta, una verbena popular, comida y bebida para homenajear y vitorear a Agustín de Iturbide.
Al día siguiente, el coronel de origen polaco Carlos Benezki, le hizo ver a Agustín de Iturbide la necesidad de redactar un acta de independencia del nuevo imperio mexicano, para que quedara una constancia legal de la parafernalia realizada el 27 de septiembre anterior.
Es por ello que inmediatamente, el coronel Agustín de Iturbide, convocó a una “Junta de Notables”. para que redactaran y firmaran el acta de independencia correspondiente al Imperio Mexicano.
Desafortunadamente, esa “Junta de Notables”, estuvo integrada por antiguos realistas convertidos a insurgentes, pues no se convocó para su redacción, ni mucho menos para su firma a ningún jefe insurgente sobreviviente.
El general Vicente Guerrero, tampoco fue convocado a suscribir, ni a estampar su firma en el Acta de Independencia del Imperio Mexicano.
Agustín de Iturbide “utilizó” a Vicente Guerrero para darle legitimidad a su propio proyecto independentista, ya que Vicente Guerrero, era el único caudillo que quedaba en pie de lucha en el sur de la Nueva España.
Es por ello, que para tratar de “congraciarse” con Vicente Guerrero por no haberlo convocado a la redacción y posterior firma del Acta de Independencia del Imperio Mexicano, una vez que Agustín de Iturbide fue proclamado y coronado como emperador de México en 1822, designó al general Vicente Guerrero como comandante de la Guardia Imperial Palatina.
