viernes 20, septiembre, 2024

MERCERÍA

PUEBLA EN DURANGO

Sandra Sierra Limones

Los Institutos Estatales de las Mujeres en el país buscan acelerar procesos para conseguir la igualdad sustantiva.

A los Institutos Estatales de las Mujeres, generalmente no los quieren los Gobiernos de los Estados y les dan poco presupuesto. Por eso, el Gobierno Federal ha instaurado diversos fondos a partir de una lucha enconada de las feministas desde diversos espacios.

Este sexenio el Gobierno Federal barrió con todos los fondos para prácticamente todas las causas que no fueran los recursos de transferencia: fue un enorme esfuerzo de comunicados, posicionamientos, reuniones, búsqueda de aliadas en el Gobierno, discusiones y muchas otras acciones mantenerlos.

Pero luego uno ve casos como Durango, y quiere que mejor ese dinero se lo lleven al Banco del Bienestar.

Este año, de forma insistente, pedí que se me invitara a las convocatorias de estos fondos federales que se utilizan para dar capacitación, generar y fortalecer rutas críticas, hacer lineamientos, protocolos, trabajar con mujeres en situación de alta vulnerabilidad, mujeres en situación de violencia, y niñas y adolescentes, entre otras. La respuesta fue un absoluto silencio.

Tengo las credenciales para ser considerada: me avalan algo así como 17 años trabajando estos temas como capacitadora, consultora, diseñadora de protocolos, etcétera. Me he inscrito a todo lo que me he podido inscribir para capacitarme, lo he hecho de forma autónoma y grupal, sincrónica y asincrónica…   he trabajado en 5 estados de la República. Desde hace 17 años, he hecho “algo”, a veces más, a veces menos. No he tenido una sola observación, un proyecto fallido, los únicos tropiezos han sido por Gobiernos que se rehúsan a gastarse el dinero federal previamente etiquetado en estos temas en lo que es.

Me enorgullece mucho mi trabajo: los recursos que obtengo lícitamente, me han permitido muchas veces sostener a mujeres que no pueden pagar un abogado, hacer viajes para mantenerlas protegidas, pagar terapias a quien no puede y le urgen entre otras cosas… Mi trabajo también me permitió darle universidad al hombre de mi vida, a mi hijo, que después de verme tantos años, decidió seguir la misma ruta, y ahora él es el defensor jurídico de las mujeres.

En Durango duré “vetada” todo el sexenio pasado. Yo era el motivo de todos sus males. ¿Cómo me pude atrever a solicitar una alerta? ¿Cómo pude pensar que las cosas se pueden exhibir en lugar de callarse? ¿Cómo puedo aspirar a que todas las mujeres de Durango sean de primera y reciban los mismos servicios y la misma atención? ¿Cómo pude dudar de los corifeos que decían que en Durango las mujeres vivimos en un parque de diversiones? Peor aún… ¿Cómo pude desde el sector público demostrar que se puede trabajar sin dinero, pero con idea y con rumbo?

En Durango sigo vetada. Este año escribí, solicité, requerí, pedí, ser incluida en las “invitaciones” porque en Durango nada es transparente ni público, el Instituto Estatal de las Mujeres reparte alrededor de 15 millones de pesos a favor de las mujeres… nadie sabe con claridad cómo ni cuándo. No hay como en otros estados convocatorias abiertas en las páginas oficiales, pero lo intenté, porque si hay algo que me gusta mucho en la vida es mi trabajo, y lo hago muy bien.

Durango asignó muy rápido, con una velocidad inaudita. Cuando otros Estados están apenas asignando buscando apegarse a la transparencia y rendición de cuentas, aunque sean más largos los procesos, los proveedores de Durango ya están todos felices, con contratos firmados y con acciones más o menos avanzadas, nunca lo sabremos, porque en Durango reitero, todo tiene un tono turbio.

Lo raro es que en Durango hay un amor exacerbado desde el sexenio anterior por los proveedores poblanos-tlaxcaltecas.  Bueno, los quieren más que los españoles que iban a curarse en aquellas tierras de las enfermedades exóticas que sufrían en Veracruz durante la Nueva España.  El Instituto Estatal de las Mujeres es tan bueno que ahora rescata a una empresa que lo único que tenía eran contratos escuálidos en un municipio poblano muy conocido (léase con sarcasmo) que se llama Quecholac, y ahora tiene un contrato para darle atención y protección a niñas y madres embarazadas menores de 15 años,  CJL Estrategias Empresariales S.A. de C.V. recibió su navidad anticipada y se suma a otras empresas muy, muy estimadas como Hamable Consultores y sobre todo a la consultoría de corazón azul  ACGYP SA de C.V.

Ya deberían de promover algún tipo de hermanamiento, a lo mejor así podíamos algunas de este lado, concursar proyectos en Puebla.

En Durango tenemos un problema, muy serio, pero también tenemos gente buena, honesta y trabajadora que pudiera entrarle a estos temas, porque también de eso se trata, de generar una masa crítica de expertas, pero en Durango, siempre hay otros intereses, otras prioridades… hasta en el tema de las mujeres.

Seguimos #Llamandoa Esteban

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