Jesús Vázquez Trujillo
¿Una boda forzada?
En febrero de 1944, el actor cinematográfico Abel Salazar contrajo nupcias con Alicia Cárdenas, hija del general Lázaro Cárdenas, ex presidente de la República (1934 – 1940) y a la sazón, Secretario de la Defensa Nacional del general Manuel Ávila Camacho.
La ceremonia se celebró únicamente por lo civil, ya que el general Cárdenas y su familia no eran creyentes.
La recepción se llevó a cabo en un fraccionamiento privado y muy exclusivo de la colonia San Ángel Inn. La fiesta fue muy lujosa, se colocaron grandes carpas para proteger a los invitados del frío, además de contratar a dos orquestas para amenizar el evento.
Los músicos tocaron entre otras piezas, el vals “Sobre las Olas”, pieza del músico guanajuatense Juventino Rosas. Y el “Danubio Azul”, del pianista austriaco Johan Strauss “Padre”, piezas favoritas del papá de la novia.
Los recién casados se sentaron en la mesa de honor y hay que decir que al novio no se le vio sonreír en toda la fiesta. En cambio, Alicia Cárdenas lucía radiante y sonriente, lo que llevó a hacer muchas especulaciones, sobre la celebración del enlace matrimonial entre el actor y la hija del ex presidente de la República.
A la recepción, asistieron celebridades del medio artístico y de la política, el matrimonio Salazar – Cárdenas se disolvió a los seis años, en 1950 y en ese lapso procrearon dos hijas, Leticia y Alicia Salazar Cárdenas.
El repentino divorcio de Abel Salazar y Alicia Cárdenas, llevó a pensar que tuvieron relaciones carnales antes del matrimonio, por lo que Alicia quedó embarazada y el general Lázaro Cárdenas, obligó a Abel Salazar a casarse con ella, a cambio de no terminar con su carrera cinematográfica, utilizando su poder e influencia política.