Francisco Treviño Aguirre
Transición energética: la importancia de los minerales para un futuro sostenible
La transición de los combustibles fósiles a las energías limpias resalta el papel
vital de los minerales y las cadenas de suministro dependientes de estos en el
proceso de cambio energético. Dado que las tecnologías bajas en carbono
dependen en gran medida de insumos minerales, se espera que la demanda
de minerales necesarios para la transición a energías limpias aumente
drásticamente. Satisfacer esta demanda es estratégicamente importante
para todos.
En los próximos 25 años, se espera que la demanda total de minerales
críticos se duplique bajo el Escenario de Políticas Actuales, se triplique bajo el
Escenario de Políticas Anunciadas y se cuadruplique bajo el Escenario de Cero
Emisiones Netas (Net Zero). Se proyecta que la demanda de minerales en
bruto continúe aumentando hasta 2050, cuando el reciclaje puede volverse
más común.
El enorme aumento en la demanda en relación con 2022 bajo el escenario de
cero emisiones netas subraya la importancia de actuar en las próximas
décadas. Para alcanzar este objetivo en el año 2050, se espera que la
demanda de litio aumente 8.6 veces para 2030, 16.2 veces para el 2040 y
16.1 para 2050. Adicionalmente, se proyecta que la demanda de níquel
crezca 7.6 veces para 2030, 9.5 para 2040 y 8.2 para 2050. Asimismo, se
estima que la demanda de grafito aumente 7.6 veces para 2030, 9.1 para
2040 y 5.9 para 2050.
La demanda proyectada de cada mineral crítico según el uso de la tecnología
destaca la importancia de los vehículos eléctricos y el almacenamiento de
baterías como impulsores clave del crecimiento de la demanda. El cambio
hacia la generación de energía baja en carbono también aumentará la
demanda de minerales. Estas trayectorias y riesgos están, por supuesto,
sujetos a desarrollos tecnológicos, cambios en políticas y dinámicas de
mercado y geopolíticas. Aunque se cree que las reservas disponibles de
minerales críticos son suficientes para satisfacer la demanda a largo plazo, se
proyectan déficits en algunos minerales a corto y mediano plazo según el
Servicio Geológico de Estados Unidos (2023).
Las cadenas de suministro de tecnologías limpias dependientes de minerales
son altamente complejas. Estas cadenas de suministro abarcan desde la
extracción de materias primas hasta el procesamiento, purificación,
refinación, fabricación de componentes para tecnologías de energía limpia y
reciclaje de desechos minerales. Las dinámicas en cada paso de la cadena de
suministro pueden diferir significativamente entre tecnologías limpias. Las
cadenas de suministro también implican extensas redes globales, con cada
segmento típicamente involucrando a múltiples productores.
Por otra parte, los proyectos mineros y la manufactura de tecnologías de
energía limpia, además de su excesiva dependencia de unos pocos
proveedores y economías, tienen largos plazos de entrega y enfrentan
considerables riesgos financieros. Las minas tardan un promedio de 16.5
años en pasar del descubrimiento a la producción (IEA 2021) y las
instalaciones de fabricación de tecnologías de energía limpia tardan entre 3 y
5 años en desarrollarse, dependiendo del tipo de tecnología.
El desarrollo de corredores económicos puede fortalecer los clústeres
industriales nacionales y regionales. Estos programas necesitan un fuerte
apoyo político para mejorar la infraestructura para el transporte, la energía y
la conectividad digital; y para desarrollar clústeres industriales, redes de
producción transfronterizas y un entorno empresarial favorable. Este
enfoque puede aumentar la atractividad de la inversión a lo largo de las
cadenas de suministro de minerales críticos y generación de energía limpia.
Hoy por hoy, la transición hacia una economía de energía limpia depende
críticamente de una cadena de suministro robusta y resiliente de minerales
esenciales. El aumento en la demanda de estos minerales subraya la
necesidad de una cooperación global y regional para desarrollar capacidades
de exploración, minería y procesamiento. Al abordar los desafíos de la
volatilidad de precios, la transparencia del mercado y los largos plazos de
desarrollo, las economías pueden capitalizar las oportunidades que ofrece la
transición a cero emisiones netas. Con el apoyo adecuado en políticas,
infraestructura y colaboración internacional, el futuro de la energía limpia
puede ser alcanzable y sostenible, beneficiando a economías y sociedades en
todo el mundo.
X: @pacotrevinoag