sábado 21, septiembre, 2024

En el tintero 

Jessica Rosales

Hipócrita, misógino y machista

En la política, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es primordial para que, quienes buscan representar a la sociedad a través de un cargo público, obtengan credibilidad. El reciente incidente entre el líder del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés; y la candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, pone de manifiesto una preocupante incongruencia. 

En recientes revelaciones de Xóchitl Gálvez, Marko Cortes fue exhibido como un hombre violento y misógino, que en el discurso defiende y promueve la igualdad de las mujeres, pero en la práctica ejerce violencia de género. 

“Muchos hombres tienen que aprender a manejar su masculinidad. Muchos hombres creen que gritando, que ofendiendo a las mujeres, resuelven los problemas”, así lo dijo la senadora al periódico Reforma tras señalar que este político de quinta le había gritado.

Y no ocurrió una vez, este fue el comportamiento de Marko Cortés durante toda la campaña, le gritó en el primer debate asegurando que todos los panistas ganaban esos ejercicios y ella “había sido un desastre”; después, debido a que tras los resultados contundentes le llamó a la hoy virtual Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, para felicitarla, volvió a violentarla.

Comentó que su reacción fue tan agresiva, que incluso intervino Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) e integrante de la coalición para ponerle un alto a Marko, algo que ignoraron los líderes de los otros dos partidos políticos, quienes solo guardaron silencio.

Este comportamiento es alarmante por varias razones. En primer lugar, el PAN ha sido un fuerte defensor de la inclusión y la equidad de género, apoyando la participación de mujeres en altos cargos políticos. Xóchitl Gálvez, una mujer capaz y valiente, representa estas aspiraciones. Sin embargo, cuando el mismo líder que la promueve como candidata le falta al respeto y la violenta, se desenmascara una hipocresía que echa abajo todo el discurso del partido sobre igualdad de género.

El acto de gritarle a Xóchitl no solo es una falta de respeto hacia ella como persona y candidata, sino que también es un acto de violencia de género. Es un reflejo de cómo, a pesar de los discursos progresistas, aún persisten actitudes machistas y autoritarias en la política mexicana. 

Este incidente envía un mensaje contradictorio a la sociedad: ¿cómo puede un partido impulsar a una mujer a la Presidencia mientras al mismo tiempo permite, e incluso protagoniza, actos de violencia en su contra?

La hipocresía en este caso no debe ser tomada a la ligera. Si el PAN realmente está comprometido con la equidad de género, debe tomar medidas contundentes contra este tipo de comportamientos. No basta con impulsar candidaturas femeninas si no se garantiza un entorno de respeto y dignidad para esas mujeres.

Xóchitl Gálvez merece una disculpa pública y los militantes de ese partido a un líder o una líder que realmente respete sus principios y promueva la igualdad no solo en palabras, sino también en acciones. 

Este incidente debe servir como un llamado de atención. La lucha por la igualdad de género no se gana solo con discursos, sino con acciones concretas y consistentes.

Ya lo habíamos anticipado En el tintero, aunque Xóchitl es una mujer capaz y pudo ser excelente para dirigir un país, su campaña, ahí sí y gracias a Marko Cortes, fue un desastre. Jamás cuidaron su imagen, no se preocuparon por llevar buenos mensajes entre la población y permitieron que la violentaran y la ridiculizaran. 

Xóchitl era la candidata, pero como ella misma lo dice, jamás la dejaron tomar decisiones y la trataron como una esposa reprimida y violentada como en tantos hogares mexicanos en donde hoy persiste la violencia, un fenómeno que urge erradicar ahora también de la política.

Hoy los partidos políticos van en declive y requieren de una reestructura, llevando a cabo acciones congruentes entre lo que hacen y lo que promueven. En Coahuila, por ejemplo, hay otro personaje panista que está olvidando cumplir con los objetivos de atención y apoyo a las mujeres, y lamentablemente es otra mujer. Ya le hablaremos en la próxima entrega de quién se trata.

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