ALBERTO BOARDMAN
Momentos estelares de la humanidad
“Pero incluso con sus favoritos, el destino no siempre se muestra magnánimo. Rara vez conceden los dioses a los mortales más de una hazaña única e imperecedera” Stefan Zweig.
Durante la noche del 22 de diciembre de 1849 un recado cambiaría el rumbo de la historia, el mensaje decía: “Con la gracia de su voluntad sagrada, el Zar ha anulado su sentencia”. Dostoievski, el genio literario era indultado justo antes de morir. “La Marsellesa”, el himno ignorado por el ejército del Rin, sería cantado hasta el cansancio por ciudadanos y campesinos en fiestas y batallas hasta terminar por convertirse en el himno oficial francés. Luego de una parálisis que casi termina con su vida, Friedrich Händel resucita para componer su famoso “Mesías”. El minuto que cambió para siempre la historia sucedió en 1815: Napoleón y Waterloo. Una vez asesinado, Cicerón, el último campeón de la
libertad romana logró trascender de lo que se pretendió fuera una humillación vergonzosa final, para pasar a ser su última y más grande victoria.
Todos esos instantes, segundos dramáticamente concentrados, tan raros, como escasos condicionan el rumbo de la historia y son “Momentos estelares de la humanidad”, obra del prolífico escritor austríaco Stefan Zweig, publicada por primera vez en 1927 y reeditado en la actualidad por múltiples editoriales. Un
excelente anecdotario histórico que en un promedio de 260 páginas retrata de manera novelada catorce episodios históricos que marcaron un punto de inflexión en la sociedad.
Gran parte de los sucesos del día a día nos son indiferentes, sin duda, la gran mayoría no valdrá la pena recordarlos, pero hay algunos que no necesitan de la pluma del cronista para ser llamativos, estos conforman la herencia y tradición de la cultura, condicionan la forma de entender el pasado y de plantear el futuro, son los hechos que nos dotan identidad, son los momentos estelares que nos hace recordar Stefan Zweig.
“Todo lo esencial, todo lo duradero que se consigue, se da siempre en los pocos y extraordinarios momentos de inspiración” Stefan Zweig.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.