Luis Alberto Vázquez Álvarez
La iglesia católica (mi iglesia, de la cual soy seglar), ha vivido múltiples problemas en todo el mundo contra visiones contrarias a su doctrina y ha sufrido bastante en ellas, por ejemplo, en la revolución francesa fue perseguida en particular en Lion por José Fouché quien asesinó a dignatarios y sacerdotes. En México la jerarquía, creyendo que, por ser la inmensa mayoría de sus pobladores católicos, podría imponerse contra cambios constituciones, generó dos sangrientas guerras que destruyeron vidas inocentes sin sentido (Reforma 1858-1860 y Cristera 1926-1930). Finalmente, cada vez más debilitada y con muchísimos menos creyentes, ha logrado pleno reconocimiento legal. Empero, las tristes experiencias sufridas no le han enseñado a respetar al estado laico y sigue entrando en guerra contra quienes ella considera adversarios, aunque no lo sean.
Hoy la “guerra sucia” auspiciada por obispos y ultraconservadores que buscan defender sus intereses económico-políticos se sustenta en falacias antirreligiosas. Solamente quienes ignoran los más elementales principios jurídicos las creen y con ello pueden propiciar cruentas luchas internas ahora mismo: sobre su conciencia, si la poseen…
La Constitución Mexicana en materia religiosa ha sufrido múltiples modificaciones, desde determinar la intolerancia de cualquiera otra que no fuese la católica (1814 y 1824), hasta la actual que en su artículo 24 determina: “Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley”, pasando por épocas en que se impedía el culto público, ropajes eclesiásticos en la calle, limitación de ministros hasta persecuciones y asesinatos como las de Garrido Canabal en Tabasco-Yucatán (1923-1926) quien prohibió el uso de símbolos religiosos.
Los conservadores quieren hacer creer, con intenciones electoreras, a la población creyente que, si gana cierto partido, se cerrarán templos y prohibirán toda manifestación religiosa… piensan que el pueblo posee su misma incapacidad mental. Analicemos las opciones jurídicas que imposibilitan ese supuesto, aún sin conceder que pudiera ocurrir.
El artículo 133 constitucional vigente establece que “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión”. México firmó desde 1948 la declaración Universal de los Derechos Humanos que en su artículo 18 fundamenta: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.
Concretamente: No puede reformarse la constitución contra esos principios, pero supongamos que desapareciera, seguirían vigentes por el valor internacional que poseen y, en su caso, el mundo entero condenaría a México; que no nos engañen, ni en la URSS, ni en Cuba o Venezuela está prohibida la religiosidad, solamente mentes obtusas lo pregonan; bausanos lo comparten en redes y “penitentes” lo creen porque les pesa usar el cerebro y prefieren los slogans; multiplican sus temores expandiendo la mentira y solidarizándose con ella
La ultraderecha se apresta para crear una extensión del “Vox” español que destruya todos los programas sociales, no permita el aborto y persiga a los miembros del LGBT+. Este “Yunque mexicano”, al más puro estilo de los obispos anti-Francisco y enemigos del Concilio Vaticano II buscan fundar un partido político; ya el presidente del PAN ha firmado compromisos sobre esos temas y los van a defender a toda costa; se repite las historias paralelas: Franco-Fox y Aznar-Calderón ni más ni menos.
Debe haber sido sorpresa terrible para los conservadores que monseñor José Manuel del Rio Carrasco, prelado de honor del Vaticano; en un video auténtico difundido por Adrián Pallarols orfebre personal de su Santidad; diera a conocer que el Papa Francisco bendijo solemnemente a la candidata ateo-judía y comunista a la presidencia de la república mexicana, deseándole que el Señor bendiga todos sus trabajos y dé frutos para la gloria del Dios y la acompañe y deseándole obtenga satisfacciones en su vida… ¿entonces?
Dentro de las mentiras tan comunes de esta guerra sucia, mañana al mediodía escucharemos que millones y millones y millones de ciudadanos llenaron el zócalo capitalino y que la plaza mayor de Torreón fue ocupada por cientos de miles; ah, pero si acaso no llegaran, será porque el Ejército se los impidió…