Jessica Rosales
La imagen de los candidatos y los votos
Aunque debería prevalecer el interés en la propuesta y la capacidad para elegir a quienes ocuparán un cargo de elección popular, los ciudadanos en condiciones de votar han encontrado interés en la imagen de los candidatos, por lo que las estrategias de marketing son prioritarias para quienes buscan obtener ese voto.
Hay municipios y estados cuyos habitantes prefieren elegir a personajes tradicionales con una imagen seria que les dé certidumbre a sus comunidades y garantice que tendrán responsabilidad en las acciones que emprenderán.
Es así como en la pasada elección la mayoría de los votos de los coahuilenses favorecieron a Manolo Jiménez Salinas, quien durante su campaña priorizo a la familia y envió el mensaje de la importancia de fortalecer el núcleo familiar.
Fue el único candidato que en todas sus actividades se veía acompañado de su esposa e hijos, quienes, por cierto, hoy son parte importante de su gobierno, como el caso de la primera dama quien ha emprendido acciones relevantes a través de Inspira, o su madre en el DIF.
Sin embargo, hay entidades cuya población se ha dejado seducir por otros aspectos. Tal es el caso de Nuevo León que se vio influenciado por las redes sociales y eligió a su primer gobernador independiente, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, quien aprovechó en su momento el boom de la era digital para obtener su triunfo.
Y la tendencia siguió con el ahora gobernador Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez de Movimiento Ciudadano, quienes enamoraron a sus votantes con contenidos divertidos e interesantes en Facebook, Instagram y Youtube.
Y a nivel nacional, en la campaña Presidencial existen también interesantes contextos.
Un Jorge Máynez que ha incrementado la preferencia electoral por canciones que suenan en el antro, y sin importar si tiene o no propuesta, cautivó a grupos de jóvenes que se contagian por la música de un exitoso equipo de marketing político, aunque hay quien señala que lo mejor para Movimiento Ciudadano es dedicarse a la producción de discos y no a la política.
En el caso de Xóchitl Gálvez del PRI, PAN y PRD, el huipil ha intentado empatizar con sectores indígenas y población vulnerable, aunque como lo hemos dicho antes requiere de una mejor estrategia de comunicación, pues su imagen ha caído más en la mofa que en la simpatía de una buena parte del electorado.
Para la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, el cabello recogido y alaciado le ha brindado una percepción de seriedad que ha gustado a varios. Aunque pudiera verse simple y repetitiva, la connotación que ha dado a la población es de una persona seria y respetable.
Y aunque insistimos que es necesario que los ciudadanos vean la propuesta y la capacidad, lo cierto es que para algunos el carisma y la imagen lo es todo. ¿Se acuerda de ese bigotón de sombrero y botas que se veía buena onda y ganó la Presidencia de la República en el 2000 postulado por el PAN, al candidato guapo del PRI que en el 2012 se hizo Presidente o del abuelito de 2018 que hoy gobierna al país? Estos políticos simpatizaron con sus votantes, en mucho por estas características y enamoraron a su electorado.
Seguramente en esta ocasión en el país prevalecerá esa tendencia, y acuérdese que, además, en esta época los candidatos se vuelven chistosos, amables, bailarines, justicieros, y de todo un poco, con el único objetivo de agradarle.
Pero por piedad dele una revisada a las propuestas, capacidad y trayectoria, adicional a la empatía que pueda encontrar con alguno de ellos solo por su imagen.