El día del niño… y de la niña.
Sandra Sierra Limones
Madeleine tenía dos años cuando llegó al Hospital en la capital de Durango. Su mamá dijo que se había caído de la cama, pero los médicos observaron golpes viejos, signos de abuso sexual y de un descuido que les caló hasta los huesos.
Dios fue bueno y se llevó a Madeleine con él, para cuidarla, para llenarla de mimos y de cariño, el que nunca recibió en esta tierra.
Meses atrás, era tan evidente la violencia que vivía la niña, que la abuela materna se animó a denunciar el maltrato. NUNCA fue escuchada. Los motivos pueden ser tantos y tan absurdos que se los dejo a su imaginación.
Hace poco recibí la llamada de una abuela desesperada que vive en Lerdo. Crió cuatro años a una nieta, pero de repente llegó el hijo por ella y ahora esta niña vive con su padre y una madrastra, sufriendo, según refiere la abuela, violencia extrema, todos los días y de diferentes formas. El profundo amor que siente esta abuela por su nieta la animaron a dejar a un lado sus miedos y su ignorancia, según ella refiere, y fue a denunciar, incluso contra su propio hijo, con tal de salvaguardar a la niña y brindarle otra forma de vida, como la que tenía con ella, donde el amor y el respeto eran los ejes de su cuidado y atención. En el DIF Municipal le dijeron que tenían mucho trabajo, que se iban a tardar como seis meses en hacerla las valoraciones correspondientes, por lo menos.
Otro gran problema para atender a estos niños y niñas son las delimitaciones territoriales: ¿a quien le toca atender a una niña que estudia en Lerdo, vive en Torreón pero nació en Gómez? Parece chiste, pero es anécdota cotidiana, porque para prácticamente todas las instancias es más fácil ver como no les toca atender en lugar de realizar el consabido trabajo de referencia y contrareferencia.
Madeleine murió a manos de su madre y padrastro, pero también a manos de un Estado que voltea la cara a todo lo que requiere compromiso y recursos económicos y materiales para modificar la realidad. ¿para que involucrarse en modificar reglamentos, motivaciones, lineamientos y realidades si pueden llevar a la Banda del Recodo?
En Taxco pasó lo mismo con Camila, si bien las personas cercanas fueron las responsables directas, también fue víctima de un sistema que voltea la cara, porque para estos temas el nivel de compromiso de todos los partidos de todos los colores es idéntico: nulo.
En un juicio abreviado y en un tiempo record, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Durango condenó al padrastro de Madeleine y a su madre a casi 45 años de prisión.
Sobre la denuncia anterior que no fue escuchada no hay ningún atisbo de querer investigarla. ¿para qué? Ni que hubiera podido salvar la vida de esta niña: así escomo se refuerzan los sistemas y vínculos patriarcales.
En el mes del niño y de la niña, vale la pena hacer la cuenta de todo lo que les debemos, y como vamos a pagarlo, ¿Cómo le podríamos pagar a Madeleine y a Camila?
Ojalá las poquitas personas que quisieron en vida a Madeleine en vida, lo quemen todo.