‘Puntilla’ a los pequeños y medianos empresarios
Julian Parra Ibarra
Durante el actual sexenio, por decreto y sin medir consecuencias, el salario mínimo de los trabajadores se ha incrementado en un 110 por ciento. Solo en relación con el año anterior la percepción de los trabajadores mexicanos pasó de 207.00 pesos a 248.00 pesos diarios, muy lejos de los 88.36 pesos que se marcaba con el ‘minisalario’ al cierre de 2018.
En diciembre de 2022, el Senado aprobó reformar el tiempo asignado como periodos vacacionales de los trabajadores, que hasta ese momento eran seis días al cumplir el primero año, y se sumaba un día por cada año más de trabajo. La reforma fue que en lo sucesivo el periodo vacacional de los trabajadores fuera de 12 días el primer año, para sumar dos días cada año hasta llegar a los 20, y después se sumarían dos días más por cada cinco años más de trabajo.
La Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, acaba de aprobar la iniciativa de Ley, en la que se establece que el pago de aguinaldo de los trabajadores en nuestro país se duplicará, ya que, en vez de 15 días, si queda aprobada, recibirán 30 días de su salario por ese concepto.
En México, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) crean, de acuerdo con el INEGI, 72 por ciento del empleo que se genera en nuestro país, y aporta algo así como un 52 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Éstas han tenido que amortizar, además de una inflación de 28.75 por ciento en los últimos años, todas estas nuevas obligaciones impuestas por decreto presidencial.
Por los trabajadores de este país, qué bueno que se les hayan mejorado sensiblemente sus prestaciones. Pero para que la historia tenga un final feliz, tiene que haber un equilibrio, y éste no ha sido procurado por el actual gobierno ‘cuatrotero’ que al sector al que más se ha golpeado con estas decisiones no le ha ofrecido ni aportado un solo incentivo. Es decir, el gobierno decide, y los pequeños y medianos empresarios pagan la cuenta.
Las consecuencias son que el pequeño empresario que contaba -por ponerle una cifra imaginaria- con 10 trabajadores y por ley se ha visto obligado a pagar 110 por ciento más por concepto de salarios, que ahora tiene que pagar por trabajadores temporales que vengan a sustituir a sus empleados de base que ahora disponen del doble de tiempo de su periodo vacacional, y ahora deberá pagar el doble de aguinaldo, no le queda más que de dos sopas: o ignora la ley para seguir manteniendo la planta laboral con al riesgo de ser sorprendido y sancionado; o bien, cumple con lo que le obliga la ley pero se ve orillado a reducir a cinco el número de empleados, y además los que quieran conservar su empleo con esas nuevas prestaciones, deberán entender y estar de acuerdo en que entre cinco deberán realizar el trabajo que antes hacían entre 10.
Y quiérase que no, esto ya se refleja en algunos rubros medidos por el INEGI que en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), nos dice que 31.9 millones de personas en nuestro país, trabajan en la informalidad, es decir sin ningún tipo de prestación social, lo que representa 54.1 por ciento del total de los empleos vigentes en estos momentos en México. Pero además 1.7 millones de personas se encuentran desempleadas; el INEGI encuadra en este grupo, a las personas que se encuentran sin trabajo pero que están buscando empleo.
Este gobierno ha golpeado inmisericordemente a los pequeños y medianos empresarios, al dueño de la tortillería, al de la panadería, al de la fonda, al de la peluquería o salón de belleza, al de la papelería, al de la mercería, al de la planchaduría, al de la tienda de la esquina, al del taller mecánico; y torpes como son, no se dan cuenta que estos pequeños negocios son los principales generadores de empleos en el país.
Y si se dan cuenta peor, porque lo hacen de manera deliberada sabiendo que más tarde o más temprano los van a ‘tronar’, y esos tres, cuatro, cinco o diez empleos que estaban generando, se van a perder, y muchos de esos trabajadores, y hasta los hoy dueños de pequeños negocios, se van a ir a la informalidad si bien les va, si no, se quedan desempleados.
Para los principales empleadores, este gobierno no tiene incentivos de ningún tipo, pero sí les ha duplicado sus egresos por cuestiones laborales. Los aumentos al salario por decreto, el monto de la inflación en los últimos cinco años, la duplicación del periodo vacacional y ahora del monto del pago de aguinaldos a los trabajadores, podría ser la ‘puntilla’ para muchos, para miles o quizá de millones de pequeños y medianos empresarios en todo el país, que además de todas las adversidades, ha tenido que enfrentar a un gobierno autoritario, insensible y sordo.
X= @JulianParraIba