ALBERTO BOARDMAN
Música, sólo música
«Como decía Duke Ellington, en el mundo sólo existen dos tipos de música, la buena y la otra». Haruki Murakami
La música no sólo puede escucharse, sino también leerse y así lo demuestra el eterno candidato al Nobel de Literatura Haruki Murakami, quien a través de una interesante propuesta suma dos de sus más grandes pasiones: la música y la escritura.
Murakami no tiene mayor dificultad para trasladar al papel las cosas que verdaderamente le importan en la vida, ya lo leímos en «De qué hablo cuando hablo de correr» (2010), o en «De qué hablo cuando hablo de escribir» (2017); por lo que «Música, sólo música» de 2020, editorial Tusquets, incluye el mismo formato, sumado a un punto adicional de partida: la entrevista como parte medular.
El célebre autor japonés es un apasionado del jazz y la música clásica, y en este contexto, a principios de 2010 entabló amistad y largas horas de conversación con el director de la Orquesta Sinfónica de Boston, Seiji Ozawa, quien por entonces adolecía malestares físicos derivados de una operación médica. Aprovechando esa pausa en su actividad laboral, ambos referentes extendieron sus conversaciones, y un buen día mientras Ozawa relataba sus experiencias y recuerdos, Murakami reflexionó: «Qué lástima que una historia tan fascinante se pierda sin más, alguien debería grabarlo o dejarlo por escrito». Fue así como surgió la idea y Murakami le ofreció a Ozawa trasladar sus experiencias al papel, quien aceptó entusiasmado el proyecto.
El resultado, 329 páginas recabadas a lo largo de dos años de entrevistas y reflexiones que nos ofrecen la posibilidad de descubrir una nueva y diferente apreciación armónica que va de Brahms a Beethoven, de Leonard Bernstein a Glenn Gould, de los coleccionistas de discos a conciertos históricos, o bien, de anécdotas y datos curiosos a piezas de ópera o técnicas de interpretación.
Música que vale la pena leerse, disfrutando el talento de dos grandes referentes culturales de nuestra época fusionados en un lenguaje universal. Porque como bien apunta Murakami: «…La música mejora la escritura y la escritura el oído. Es un efecto doble, sucede de manera simultánea en ambas direcciones».
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.