Raúl Adalid Sainz
Así, emulando un canto de Romero en poeta, cual Federico García Lorca, en recuerdo a la actriz Tina Romero.
Tuve el gusto de conocerla personalmente cuando filmamos en el año 2003, la película «Las Lloronas». Me daba risa porque me preguntaba si era mexicano. No sé qué tipo me vería la gran Tina.
De Tina, tenía el recuerdo de haberla visto en un cine de mi tierra, Torreón. En una película llamada «Lo Mejor de Teresa», junto a Miguel Ángel Ferriz. Aquella historia sucedía en Villahermosa, Tabasco, y ella emigraba a la ciudad de México con la idea de superarse.
La película fue dirigida por Alberto Bojórquez. La imagen de Tina quedó en mí. Cuando la conocí le hablé de esa película, y ella se refería a su personaje «Teresa», como alguien muy egoísta. Yo me reía viendo los ojos de Tina. Ella dice las cosas como las siente.
Sus grandes trabajos los vií en «Chin Chin el Teporocho», de Gabriel Retes, y en «Las Poquianchis», de Felipe Cazals. Tina alcanzó grandes matices de actriz en esta última, en un papel sumamente difícil. Era la vejación terrible a la que puede llegar un ser, producto del maltrato de aquellas terribles lenonas, llamadas «Las Poquianchis».
Vi a Tina en otra maravillosa película de nombre «Missing», dirigida por el gran cineasta Costa Gavras, al lado de Sissy Spacek y Jack Lemon. Está su recuerdo hermoso en el celuloide en «Bandera Rota», «Mujeres Salvajes», ambas de Gabriel Retes. Su misterio, aún sin descifrar, es el signo de aquella su «Alucarda».
La seguía en aquella telenovela didáctica llamada «El que Sabe Sabe», serial que dirigía Felipe Cazals, con puros actores de cine. Tina y Zaide Silvia Gutiérrez, cantaban la canción tema de la telenovela. Era extraordinario programa educativo.
Dejó su presencia de actriz en el teatro en tres obras: «Tina Modotti», donde la actriz se entregó para recrear a la maravillosa fotógrafa italiana. Aún la recuerdo focalizando con su cámara al público asistente. La dirección fue de Ignacio Retes. La veo hermosa en el papel de «Jill», en «Equus», al lado de Jaime Garza. Su desempeño actoral y su desnudo, era un canto de cisne de pureza. Su trabajo notable en «Perversidad Sexual en Chicago», en dirección del querido José Luis Cruz. Tina era la novia-amante de mi fraternal amigo, tan extrañado, Alonso Echánove.
Una mujer que, al platicar con ella, sientes su pasión por la actuación. Se hizo teniendo a grandes maestros y actores de su generación.
Tina proviene del «Centro Universitario de Teatro». Ese «CUT», que tantas actrices y actores grandiosos ha dado.
Este es sólo un sonido en letras para una actriz bellísima. Llena de talento. De una sencillez maravillosa. Un sentido del humor muy tierno.
Ojalá pronto me reencuentre con Tina en un set o un escenario. Siempre la recordaré cuando hizo a «Santa», de Federico Gamboa, diciendo que ella ya no se podía curar porque tenía nostalgia de Chimalistac.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan