Rubén Olvera
Un liderazgo que depende de los resultados
Sin encrucijadas ni turbulencias políticas a la vista, Manolo Jiménez Salinas asumió el pasado 1 de diciembre como Gobernador de Coahuila para el periodo 2023-2029. El tiempo y los desafíos que enfrentará dirán en qué tipo de líder se convertirá. Porque son las dificultades y los acontecimientos inesperados los que revelan el carácter de un gobernante.
La ciudadanía tiene grandes expectativas puestas en el nuevo gobierno. De hecho, algunos temas, incluidos la situación financiera y la educación, requieren una rápida intervención. Sin embargo, la nueva administración debe asentarse primero.
Es necesario esperar las reformas a la estructura orgánica y el nombramiento de todos los funcionarios. Aguardar la confirmación de las metas de gobierno y el anuncio de los nuevos programas y proyectos. Conocer los acuerdos alcanzados entre el mandatario estatal y las autoridades federales. Incluso se recomienda dar tiempo para que se disipe la inercia dejada por su antecesor.
Solo entonces se podrá emitir un juicio preliminar sobre el inicio de un nuevo ciclo en la historia política de Coahuila.
Por ahora, solo se conoce el proceso mediante el cual el mandatario estatal nombró a los miembros del gabinete.
Pero ni siquiera aquí podemos adelantar conclusiones. Las motivaciones estratégicas y políticas que llevaron al gobernador a seleccionar a determinados funcionarios, las conoceremos en función de los resultados que obtengan en los primeros meses de gobierno.
De hecho, pocos analistas o medios de comunicación acertaron con antelación a los nombres que integrarían el primer gabinete del nuevo gobierno. Recién cuando se acercaba la fecha de los nombramientos, trascendió que Óscar Pimentel no iría a Educación sino a Gobierno, en lugar de Eduardo Olmos, quien estaría a cargo de Desarrollo Regional de la Laguna. Mientras tanto, Emanuel Garza, procedente de una universidad privada, asumió la cartera educativa.
Algo similar ocurrió en Finanzas, pues algunos medios aseguraban que Enrique Martínez y Morales sería el funcionario designado. Finalmente, el mandatario estatal nombró como titular a José Antonio Gutiérrez, quien tuvo un buen desempeño como Tesorero de Saltillo.
¿Quién hubiera pensado que el PAN se quedaría con dos secretarías a pesar de su baja contribución en votos a la coalición? Evidentemente, el gobernador cumplió los compromisos asumidos al interior de la Alianza y designó a las panistas Esther Quintana en Cultura y Mayra Lucila Valdés en la cartera de la Mujer. Incluso el PRD, que no alcanzó el registro como partido local, obtuvo la secretaría de Vivienda y Ordenamiento Territorial.
Algunos analistas coinciden en que este sigilo, para resguardar los nombres y las decisiones dentro de los plazos políticos y legales, refleja un estilo cauteloso de hacer política de Manolo Jiménez. Cuando viene el tiempo de elecciones, la prudencia es una virtud esencial para separar las cuestiones de gobierno de las aventuras políticas.
La gente evalúa las diferentes funciones de gobierno desde diversas perspectivas, pero dependiendo del contexto, siempre hay un aspecto que recibe mayor atención. En los próximos meses, el desafío de Manolo Jiménez será garantizar que los miembros del gabinete no se distraigan con asuntos más allá de sus deberes oficiales.
La atención debe concentrarse en el camino hacia los proyectos de desarrollo económico y social trazados durante la campaña. Esto es lo primordial.