Luis Alberto Vázquez Álvarez
David Alfaro Siqueiros, genial artista mexicano postrevolucionario, con una visión profética o mejor debo decir, con una panorámica precisa de la historia social de México, pintó un gigantesco mural que denominó “La marcha de la humanidad en la tierra y hacia el cosmos” ubicado en el Polyforum Cultural Siqueiros en Ciudad de México. En él encontramos una serie de alegorías del andar social y político de nuestro pueblo.
Dividido en siete paneles, cada uno presenta distintas composiciones prestándose ellas a interpretaciones diversas, hoy analizo el sexto panel que se compone de tres expresiones simbólicas que podemos encontrar en la política actual electoral tan ominosa como caprichosa: Payaso, líder y pueblo.
EL PAYASO. Enfoca un falso líder que se dedica a engañar al pueblo para buscar el poder e intentar mantenerse en él. Es representado con un traje rojo, (muy ad hoc actual); pues se gana al pueblo gracias a sus mentiras y a las que pregona como análisis políticos sus maiceados pseudointelectuales enrojados. Este saltimbanqui se adjudica a la población total que ni en el mundo lo hace, su mafia llama sociedad civil a organizaciones hoy privadas de exenciones de impuestos por su mal manejo, la inmensa mayoría de la ciudadanía ni siquiera los considera dignos y menos aptos para gobernar.
Ellos exhalan insultos contra las mujeres con marcada cobardía, involucrándolas en actos miserables como lo dicho por un expresidente a youtuber, el actual dirigente del PAN contra su propia candidata y la de Morena llamándolas “cuerudas”; incluso insultando su candidata a su adversaria política representándola como un gusano, vaya caballerosidad panista. Exijo que no le quiten al exmandatario sus redes sociales, indispensable siga transmitiendo exactamente lo que hasta ahora.
Por cierto, el actual líder rojo se antoja como sustituto de la alicaída candidata del “Fuerte Corazón”, él ha sabido eslabonar suficientes argucias maquiavélicas para lograrlo, como sus comerciales donde rubrica “presidente” bajo su nombre. ya lo habíamos mencionado semana atrás.
Las bufonadas van más allá, el candidato recién desempacado, volvió voluntariamente a reacurrucarse en su gubernatura solamente por tres días tras motín naranja. Desesperados y muy temerosos por lo que este les arrebata, los conservadores exigen su descalificación. ¿Él estará burlándose de nosotros o nos cree…?
EL LIDER. En contraparte con el payaso y justo debajo de este, se presenta un líder. Hoy este paladín es capaz de jugarles el dedo en la boca a sus opositores induciéndolos a nominar los candidatos que a él convienen; logra convertirlos en “fenómenos” ególatras que rápidamente se desinflan y luego se acartonan ante la incompetencia de sus dirigentes partidistas quienes solamente piensan en sus beneficios personales, cuando mucho mantener el registro de su partido a cualquier precio.
Es tétrico que existan ingenuos quienes grotescamente creen que el cabecilla quiere deshacerse de aquellos que él mismo nominó como oposición, claro que no; difícil pedirles razonamiento a esos columnistas. Entiéndanlo: al líder manipulador le conviene que continué la incapacidad opositora, eso le ayuda a sus preferencias. Algunos oponentes que sí poseen neuronas son quienes quieren un cambio porque saben, vislumbran, intuyen y hasta pronostican que de esto no saldrá nada y esas risitas nerviosas denotan brutal incapacidad. Solamente los cándidos pardillos que piensan podrían ganar, persisten en mantenerla a vilo, seguramente son socios de quien mangonea y les agradece que sigan ese camino.
HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS. Aparece un grupo de personas de distintas edades y sexos celebrando el triunfo de la marcha y denotando felicidad por la transformación social y política lograda. ¿A quiénes aclamarían ellos en la coyuntura electoral actual?
Estas prosopopeyas no son gratuitas, representan ahora mismo una realidad vigente en México, en especial esa tercera, la del pueblo que festeja el uso del dinero público en obras tangibles y prestaciones sociales adjudicadas directamente a él, manifestándose en marchas y encuestas donde pregona sus preferencias, recordando lo sufrido por décadas y alternancias políticas petulantes que no significaron ningún cambio real para beneficiarlo. Como sensibiliza León Felipe: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. Digo tan sólo lo que he vivido y visto. He visto que la cuna del hombre la mecen con cuentos, sus gritos de angustia los ahogan con cuentos… sus huesos los entierran con cuentos.