“No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”.
Mateo 6, 3.
Luis Alberto Vázquez Álvarez
La naturaleza ha sometido a la humanidad a sufrir incontables desastres, son el resultado de sucesos naturales, inevitables e incontrolables cambios violentos devastadores del medio ambiente cuya causa no es por actividad humana, sino un proceso que ocurre normalmente en la tierra por fuerzas naturales, pero al contactarse con la terrena población provocan efectos adversos y destructores causando muertes, daños materiales y pérdidas económicas.
La semana pasada el huracán Otis afectó México y sus efectos demoledores dejaron entrever con claridad los sentimientos escondidos de muchos políticos que, en pleno proceso electoral, sueñan con ocupar cargos públicos, redituables en poder y dinero, además de comentaristas que ahora se creen expertos en prevención de desastres.
El ejecutivo federal mantuvo sus principios: “Primero los más necesitados” y entre varias acciones propuso que los recursos de los muy discutidos “Fideicomisos del PJF” ya por ley desaparecidos, no entregarlos a la federación, mejor utilizarlos para ayudar a los millones de mexicanos afectados duramente por tal meteoro natural.
Llamó la atención la rapidísima respuesta oficial de la presidenta de la SCJN sobre esta propuesta, pues ella había defendido arduamente dichas fortunas. En menos de 4 horas consultó a jueces, magistrados, ministros y 55 mil trabajadores incluido sindicato; todos defensores de esos «derechos adquiridos» que ahora su jefa absoluta decide entregar a los acapulqueños, ¿habrá manifestaciones otra vez? Ahora contra la presidenta de la SCJN que decidió privarlos de quince mil millones. Ya se había librado al menos un amparo para evitar tal devolución, ¿habrá preferido utilizar el adagio leguleyo: “Más vale un mal arreglo que un buen pleito”?
Lo más increíble es que enardecidos ultraderechistas están criticando dicha decisión solidaria y de alteridad de esta funcionaria, acusándola hasta de populista; a ella a quien hacía pocas horas defendían arguyendo: “a la presidenta de la corte no se toca” y son ahora ellos quienes la tocan, manosean y hasta vituperan. ¿Será que algo tocó el corazón de esta ministra de quien se conoce que no expresa ningún sentimiento en sus presentaciones?
Otro personaje es un Senador “chaquetero” que ha militado en diferentes partidos y presume, al igual que la popular Chimoltrufia, conocer la constitución y establece que esa decisión legislativa viola el artículo 22 de la carta magna. Este precepto prohíbe los tormentos de cualquier especie y la “confiscación de bienes” pero lógicamente se refiere privados, no públicos, esta es la característica de estos políticos tóxicos, citar leyes inaplicables para confundir al pueblo. Pero ya despertamos.
Ejemplos para meditar sobre “integridad”: La polémica alcaldesa de la Cuauhtémoc ofreció donar tres meses de su sueldo en los que no comprará sus prendas preferidas; conocida por su gusto por la ropa muy cara gastando mensualmente miles de pesos, realmente sí será sacrificio para ella; lo que no significa que tenga empatía con el pueblo, la duda estriba en que busca la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
La candidata del FAM entra en contradicciones: históricamente se ha declarado enemiga de las refinerías y el uso de hidrocarburos, pero ahora pide que se recotice el barril de petróleo para obtener nada más 50 mil millones de pesos para Acapulco, ¿sabrá que el precio del petróleo lo determina el mercado mundial y las condiciones internacional, no una propuesta política? Eso sí, llegó a dejar un donativo a la Cruz Roja, al igual que millones de mexicanos; solamente que ella acudió haciendo propaganda a su candidatura: “Aquí se viene a ayudar, no a hacer política” le espetaron los presentes. Luego intentó abrir una cuenta en internet para conseguir voluntarios; excelente idea, pero la enlodó cuando pidió datos electorales, demostrando que su intención no era ayudar, sino atraer datos para los comicios.
Las propuestas ejecutivas para reconstruir Acapulco son lógicas, coinciden con otras muchas que son indispensables, por lo tanto, no puede existir plagio de ideas sino simplemente reparaciones razonables. Se va a reconstruir lo más pronto posible con recursos públicos y millones de los mexicanos comprometidos como siempre; aunque algunos sufren porque sus yates no serán recuperados; ello les enfurece contra las soluciones fraternales a quienes perdieron lo indispensable en ese cataclismo.