(Uno de esos llamados del alma)
Raúl Adalid Sainz
Una cita inesperada me esperaba. Era el teatro, que en una pequeña sala del «Foro Shakespeare», me tenía un mensaje. Una de esas botellas al mar que traen en su interior un papel urgente a leer. En este caso, el contenido, la luz a descubrir, se llamaba «La Bicicleta».
Un canto de la luz del alma. De un personaje pisoteado, denostado por el cruel materialismo, por ese monstruo llamado ego que dicta las razones del éxito en la existencia.
Estos dos personajes cobran vida en el soñador «Mateo», y el exitoso «Joe». Don dinero y el Quijote, dialogan en una calle cualquiera de una ciudad cualquiera. Un encuentro escénico que nos cautivó a los muchos espectadores que nos dimos cita.
El silencio, la reacción catártica del público, tejía en complicidad el entramado. Al final de esa reunión, espectadores y actores subimos a la bicicleta de la ensoñación. Un motor fue fundamental: las ilusiones abiertas del sólo ser. Sin esa carga que frena, esa llamada ego.
Manuel Sevilla y León Michel, se despojan de todo artificio y nos regalan la intimidad del alma de sus personajes. Son eso, personas que abren su corazón para regalarnos un cerillo que alumbra la oscuridad del camino. Dos actores que encienden el faro de su alma.
La obra me remontó a aquella hermosa película llamada «Pescador de Ilusiones», esa estelarizada por Jeff Bridges y Robin Williams. El teatro cuando está bien hecho, te remonta a otros bellos universos conocidos.
Así que si tú bicicleta necesita reparación, tienes una cita con «Mateo», y «Joe».
«La Bicicleta», es un texto del venezolano Eduardo Pardo. La puesta es dirigida por el propio Manuel Sevilla. La obra se presentará todos los miércoles a las 20:30, por este mes de noviembre. Foro Shakespeare, Zamora 7, colonia Condesa. ¡Tú alma lo agradecerá!
Raúl Adalid Sainz, en un lugar de México Tenochtitlan
