miércoles 27, noviembre, 2024

¿Accidente o Negligencia?

José Luis Carrillo Ramos

El jueves 12 de octubre, un joven regiomontano, murió a causa de un accidente que nunca debiera haber sucedido…

Al momento de ir a trabajar, cayó a un costado de uno de los vagones de un convoy del Metro de Monterrey, quedando aplastado, entre las puertas y las paredes del andén en la Estación San Bernabé.

Como desde hacía tres meses, Samuel Isaí Ornelas Mendoza, de 25 años de Edad, se dirigía a su trabajo en el Centro de Monterrey, cuando ocurrió la tragedia.

¿Qué tiene de particular un accidente más de los cientos o miles que ocurren en todo México en el transporte público?, pudieran preguntarse muchos.

El accidente llamó la altamente la atención por una sencilla razón:

El Regiomontano atrapado entre el convoy y la pared de concreto era invidente y cayó en ese lugar por la ausencia de infraestructura incluyente en un sistema de transporte público en un Estado, en el que, según la narrativa Oficial, se «habla de tú» con lo más moderno del Mundo.

El joven invidente cayó al andén, por la ausencia de «Tiras Táctiles», que sirven de guías y que se encuentran en múltiples instalaciones, y que legalmente, al menos en teoría, tienen carácter de obligatorias.

A pesar de que siempre era acompañado al trabajo, por un amigo; ese día, lamentablemente, eso no sucedió.

El joven salió sólo de su domicilio.

Terriblemente, en la estación en que ocurrieron los hechos, ninguno de los pasajeros, quizá ensimismados en sus propias preocupaciones, viendo su celular, o simplemente reafirmando la falta de humanidad actual, NO tuvo la empatía de ayudar a Samuel a circular por el andén y menos a advertirle que se encaminaba hacia su muerte.

Horas después del fallecimiento del joven Samuel, el Semanario Hora Cero Monterrey, mostró una asertividad informativa relevante al dar a conocer que el fallecido era sumamente reconocido y respetado entre la comunidad de débiles visuales.

Hora Cero, que por cierto, está a pocos días de cumplir su 25 Aniversario (Mis Felicitaciones adelantadas), informó además ampliamente de la Ejemplar Vida que tuvo el atleta de alto rendimiento en Atletismo Global.

El regiomontano también se dedicaba a entrenar a otros jóvenes y se caracterizaba por un alto espíritu solidario y fraterno.

Y como siempre sucede, en lugar de aceptar responsabilidades, el director de Metrorey, Abraham Vargas, solamente atinó a aceptar la ausencia total de líneas táctiles en TODAS las Estaciones del Metro de Monterrey.

Y aseguró que ahora sí, en los planes de rehabilitación del sistema de transporte público, se encuentra la colocación de este señalamiento, sin dejar claro algún plazo específico para que suceda.

Conviene recalcar que el actual Gobierno de Nuevo León ya pasó los dos años, por lo que «nuevo, nuevo» ya no es.

¿Será que esperan que suceda otra tragedia similar?

Lamentablemente, el funcionario Estatal solamente emuló a Poncio Pilatos al lavarse las manos, en un accidente que en cualquier País serio, implicaría acciones Legales para él mismo, u otros funcionarios.

Mientras tanto, la familia del joven regiomontano, ha expresado su inconformidad y ha amenazado con seguir los cauces Legales para que su muerte no quede en la impunidad.

El Estado de Nuevo León no ha realizado mayor comentario, atinando solamente a repetir, «ahora sí daremos atención en las Estaciones del Metro».

Una muerte estúpida sufrida por un joven con ganas de salir adelante, que terriblemente caminó por una Estación sin estructura incluyente, en medio de una Sociedad deshumanizada, sin rasgos de empatía y muchos menos intereses por hacerlo. 

Terrible además, resulta que nadie de la famosa Clase Política «levantó la voz» para apoyar a la Familia de Samuel, o grupos vulnerables.

¿Será que en estos momentos en los que la muerte nos resulta trivial, ya estamos acostumbrados a lo absurdo?

Y como siempre sucede…

«Muerto el niño, quieren tapar el pozo».

QDEP, Samuel Isaí Ornelas Mendoza.

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