miércoles 27, noviembre, 2024

ALIANZAS TRIPLES, TRAICIONES INFINITAS

Luis Alberto Vázquez Álvarez

A lo largo de la humana historia se han formado múltiples triunviratos entre individuos, partidos y hasta naciones buscando supuestamente objetivos comunes; son alianzas para controlar el escenario político, pero al final solamente uno queda triunfante y los demás perecen.

60 a.C. Primer triunvirato se llamó a una alianza política formada por Pompeyo, Licinio Craso y Julio César; este último el menos fuerte inicialmente juró comportarse como la parte reconciliadora, tras lucha civil, muertos sus dos aliados quedó como amo y señor de Roma, pero es asesinado y con ello queda un vacío de poder por lo que se conforma un segundo triunvirato con Marco Antonio, Marco Lépido y César Octavio. Finalmente combaten entre ellos quedan el último como primer emperador romano.

En México tras la abdicación de Iturbide como emperador (1823) y por 18 meses se integró un triunvirato que encabezó el Supremo Poder Ejecutivo de la Nación Mexicana, integrado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Pedro Celestino Negrete; Bajo este triunvirato se suprimió valor a acuerdo iturbidistas y se convocaron elecciones en 1824 con definición del sistema federalista; durante él se aliaron para separarse de nuestro país las provincias unidas de Centroamérica; se constituyeron en varios países que más tarde se enfrentaron en sangrientas guerras fratricidas incluso en pleno siglo XX.

Igual que en los triunviratos romanos, el mexicano de 1823 nace en medio de una crisis nacional; busca solucionar un problema y al final sus integrantes terminan en guerras civiles. Guadalupe Victoria se convierte por comicios en presidente de la república y Nicolás Bravo en vicepresidente, pronto las ambiciones políticas desatarían en una rebelión armada dentro del cuatrienio; Bravo se insurrecciona y es derrotado por Guerrero; también Negrete se levanta en armas, igualmente es derrotado, sentenciado a muerte, pero se le conmuta esta por destierro; murió en Francia.

Entre pueblos y naciones ha habido alianzas tripartitas que buscando derrotar a un enemigo común terminan luchando entre los aliados:

478 a.C. se forma la “Liga de Delos” alianza de Atenas, Esparta y Tebas, así como pequeños pueblos para defenderse de una segura tercera invasión de los medas a Grecia. Vencida Persia surgió la “Guerra del Peloponeso” (431 a.C.) entre los antiguos aliados que se habían jurado fidelidad eterna; Esparta triunfó y obligó a Atenas a ser gobernada por los “Treinta Tiranos” títeres espartanos que acabaron con la democracia ateniense. Entre 1864 y 1870 sucedió la guerra más sangrienta y larga en la historia de América Latina. La Guerra de la Triple Alianza, enfrentó Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay. Posteriormente esos mismos países tuvieron guerras sin límites.

Así comprobamos que toda alianza política tripartita termina en guerras y traiciones, máximo si los aliados son dos grandes y un pequeño, salvo PPS y PARM, partidos fantoches aliados al PRI, simples comparsas.

Hoy México transita hacía el proceso electoral más grande de su historia; para llegar a él existen dos alianzas tripartititas: PRI, PAN y PRD, por un lado, MORENA, PT y PVEM por el otro; cada uno tiene una visión de nación diferente con intereses sociales irreconciliables, uno abona hacia el pueblo, otro a la acumulación de riquezas en pocas manos. El único camino deberá ser la democracia; el sufragio popular, sin ninguna otra opción aceptable.

Se juega una única presidencia de la república cuya candidatura ha dividido ya ambas alianzas, grupos internos luchan encarnizadamente, aunque ellas traten de ocultarlo. Agravan esa crisis nueve ejecutivos de entidades federativas, diputaciones federales y locales; senadurías y ayuntamientos. Dicen los bloques estar sólidos, pero ya acusan fisuras graves con salida de decenas y hasta centenas de miembros de sus partidos quienes son agraviados como “hambrientos” y “traidores” por sus antiguos correligionarios. Clásica ética política.

La manzana de la discordia son senadurías y diputaciones plurinominales; ahí está la fractura que causará el rompimiento aliancero; ante todo sus líderes partidistas buscarán ocupar los primeros lugares de cada circunscripción, especialmente porque ellos terminarán con su cargo y esperan continuar viviendo del erario, además de que más de uno trae problemas legales y necesita fuero.

Bien dice un proverbio chino: “Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto”; así están los arreglos intra-alianzas donde seguirán los cambios de “chaqueta” o “chapulineos”.

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