El mito de los Niños Héroes de Chapultepec
Jesús Vázquez Trujillo
Cien años después de la batalla de Chapultepec, en 1947, el presidente de los Estados Unidos. Harry S. Truman, realiza una visita oficial a nuestro país, hecho que no fue bien recibido por los habitantes de la capital, quienes a un siglo de distancia aún no podían olvidar la afrenta de Chapultepec.
Más aún, cuando el presidente Truman deposita una ofrenda floral en el monumento erigido a los cadetes del heroico Colegio Militar, caídos en la guerra mexicano – estadounidense, y además pronunció aquella frase que quedaría indeleble en la memoria del pueblo mexicano: “Con un minuto de silencio, se olvida un siglo de rencores”. Vaya desfachatez de Truman.
El presidente de los Estados Unidos de América, Mr. Harry S. Truman, depositando una ofrenda floral en el monumento erigido a los cadetes del Heroico Colegio Militar, 13 de septiembre de 1947.
Obviamente la reacción del pueblo fue inmediata, pues tomaron la ofrenda floral depositada por el presidente Truman y la fueron a arrojar a la puerta de la embajada estadounidense en señal del agravio recibido.
Al darse cuenta de la reacción tan negativa de los capitalinos, el presidente Miguel Alemán comprendió que debía hacer algo para calmar los ánimos.
Entonces como por arte de magia, “Aparecieron” al pie del Cerro del Chapulín, seis osamentas que por decreto y voluntad presidencial se convirtieron en los restos mortales de los “Niños Héroes de Chapultepec”.
Guardia de Honor, en el monumento erigido a los cadetes del Heroico Colegio Militar, 13 de septiembre de 1947.
