sábado 28, septiembre, 2024

DE RAÍCES Y HORIZONTES

Inténtalo

Arcelia Ayup Silveti

La vorágine de nuestros días, invadidos entre muchas cosas por las redes sociales, nos ha orillado a restarle importancia a situaciones sencillas de gran importancia a la vez. Me referiré a sentirnos escuchados. No sé si te ha pasado, que buscas el refugio de algún amigo para compartirle alguna situación y sientes que se interpone algo entre ustedes: el celular. Justo cuando empiezas a contarle, un sonido breve indica que su teléfono tiene un mensaje. Ve la pantalla y contesta.

Retomas la conversación y le entra una llamada. Te pide una disculpa y dice que sí debe contestar. Al terminar, mira de nuevo su móvil y sonríe, hace un comentario para sí y envía otro mensaje. Empiezas a mirar alrededor, ves el techo, los zapatos de los que pasan a tu lado, los platillos de tus vecinos: tu amigo sigue atento al teléfono.

Desconozco si eres el del teléfono o el que necesita un par de oídos, pero lo cierto es que resulta una situación incómoda. Hace algunos años, formé parte de una dinámica relacionada con el tema. Pedían a unas personas que dejaran el salón, ellas debían contarle a un compañero una situación muy personal. El colega debía a propósito interrumpirlo constantemente. Al final, el que quería expresar su problema se sentía frustrado, enojado, con poco valor, e indignado por no lograr la atención de su escucha.

Desde entonces, procuro ofrecer mis oídos cuando converso con alguien, dejo el celular, con la certeza que no se caerá el mundo sino lo atiendo por unos minutos. Pero, debo confesar que no recibo la misma atención en algunas ocasiones. Esa es la diferencia entre escuchar y oír. Tenemos capacidad de oír cientos de sonidos, conversaciones, anuncios y mensajes. Podemos oír 450 palabras por minuto, casi cinco veces más de las que podemos emitir. Escuchamos cuando fijamos nuestra atención cabal en lo que nos dicen.

Mi amiga Maru Ramos me regaló el libro El arte de escuchar, de Julia Cameron, (Penguin Randon House Editorial Aguilar, México 2022). Contiene buenas reflexiones y ejercicios para poner énfasis en la escucha. La obra te conmina a no interrumpir ni terminar las frases de tu escucha, en especial si está viviendo un momento difícil. Te invita a sólo escuchar sin pensar en tu respuesta ni poner ejemplos tuyos o de otras personas. Propone ser cálido, empático, poner actitud y disponibilidad para escuchar más allá de las palabras. Inténtalo y te sorprenderás del resultado.

giraluna3312@gmail.com

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