domingo 29, septiembre, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

La imposición del libro único de texto gratuito

Jesús Vázquez Trujillo

El 25 de febrero de 1959, el presidente Adolfo López Mateos inauguró la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), a iniciativa del Secretario de Educación Pública, el licenciado Jaime Torres Bodet y de la Primera Dama Eva Sámano Bishop, a cuyo frente quedó el escritor y novelista Martín Luis Guzmán y cuyo objetivo era llevar e implementar los libros de estudio a todas las escuelas del país sin importar sí eran públicas o privadas.

Los libros de texto gratuito causaron revuelo y aceptación entre los padres de familia, el único inconveniente es que dichos textos eran únicos y obligatorios.

Al decir que eran únicos, quiere decir que no se permitía que maestros o alumnos se documentaran o cunsultaran en otras fuentes bibliográficas la veracidad de la información contenida en los libros de texto.

El estado impuso una especie de dogmatización y/o adoctrinamiento educativo, lo cual generó airadas protestas por parte de los sectores más conservadores del país, como son la clase media, el empresariado y por supuesto la iglesia católica, la derecha política.

Logotipo de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG).

Esta impocisión era estatista, lo cual era un sintoma de socialismo aunque más matizado que en el gobierno del general Lázaro Cárdenas.

Hubo numerosas marchas de los sectores conservadores en todo el país, para oponerse a la obligatoridad del libro de texto único.

La consigna de la marcha era ¡Cristianismo sí, Comunismo no!, en varias ciudades a las que viajó el presidente Adolfo López Mateos fue interceptado e increpado por la gente que le reclamaba la imposición y la obligatoriedad del libro de texto único.

Uno de éstos reclamos ciudadanos se dio durante una visita que hizo el presidente a la ciudad de León, Guanajuato en 1960, en la que miles de padres de familia leoneses se aglutinaron en la Plaza de la Constitución para reclamarle y solicicitarle al mandatario federal que los libros de texto no fueran ni únicos, ni obligatorios.

La bancada del Partido Acción Nacional, presentó una iniciativa de ley para suprimir la obligatoriedad y la exclusividad del libro de texto gratuito, aunque dicha iniciativa legislativa nunca prosperó. Portada de los libros de texto gratuitos en 1959.

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