Qué va a hacer el PRD
Julián Parra Ibarra
Una vez que terminó la primera fase del proceso para elegir al candidato o candidata que habrá de representar al frente opositor en la elección presidencial del año próximo, quedaron definidos los que van a la siguiente etapa. Ninguno de los ‘gallos’ del corral perredista avanzaron, por lo que fieles a su costumbre y su ADN, el llamado Partido del Sol Azteca, se ha inconformado, y su dirigente nacional Jesús Zambrano anunció que sin que sea un rompimiento definitivo, el PRD se declara ‘en pausa’ en su participación en el comité organizador del Frente Amplio.
Lo anterior, puntualizó, hasta que no se aclare la ‘exclusión’ de sus propuestas, Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, ex gobernadores de la CDMX y Michoacán respectivamente. Zambrano dice que su partido no va a permitir ser excluido del proceso, al ser una fuerza política aliada en la oposición. Ambos aspirantes a la candidatura presidencial por el bloque opositor –así como el panista Francisco García Cabeza de Vaca, ex gobernador de Tamaulipas-, superaron las 150 mil firmas que se marcó como requisito indispensable para ir a la segunda fase, pero estaba también establecido que estas deberían haberse obtenido en una dispersión de por lo menos 17 entidades, requisitos que no cumplieron.
De tal forma, que el PRD se quedó sin representante en la lucha por la candidatura presidencial, igual que se ha quedado sin estados qué gobernar, cuando estuvo tan cerca de alcanzar la presidencia de la república con Cuauhtémoc Cárdenas. Pero el partido del sol azteca ha venido mucho a menos, y no tiene mayor peso como en sus mejores momentos; en las elecciones de Durango el año pasado y en Coahuila el pasado mes de junio, fueron un partido marginal para la Alianza.
En la reciente elección en Coahuila, por ejemplo, el PRD le aportó a la Alianza con el PRI y el PAN 29 mil 054 votos, el 2.16 de los votos ejercidos; es decir, ni siquiera alcanzó al tres por ciento que se requiere para mantener el registro como partido en la entidad. Fue el partido que obtuvo el menor número de votos. Les siguió el Verde con 35 mil 460 sufragios, 2.64 por ciento; y la UDC con 42 mil 355 votos, 3.15 por ciento, librando por poquito el margen para no perder su registro como partido local.
Aunque se oiga cruel, pero el PRD parece ser un partido destinado a la extinción. Actualmente es la chiquillada, dentro de la chiquillada en que también se han convertido el PRI y el PAN, quienes de alguna manera le han ayudado al perredismo a prolongar su agonía, al incorporarlo dentro de la alianza opositora, pero en realidad ya es muy poco lo que aporta.
Por eso de pronto ante el anuncio hecho por Jesús Zambrano, y los mensajes que por separado difundieron en sus redes sociales personales tanto Mancera como Aureoles, uno se pregunta ¿Y qué va a hacer el PRD ante este escenario? ¿Va a abandonar la alianza? ¿Va a postular un candidato independiente? ¿Se ofertará ante el oficialismo o Movimiento Ciudadano, partido que se ha convertido y puede actuar como bisagra en la elección del año entrante, y que se ve que ‘cabecea’ para el oficialismo?
Cualquier decisión que tomen los perredistas, salvo mantenerse en el bloque opositor, es inviable y quizá terminarían de adelantar su aniquilación: Ir con un eventual candidato independiente es como lanzarse al suicidio y la pérdida del registro nacional; ir como la aventurera vendiendo su amor, sería engordarle el caldo al oficialismo que podría utilizarlo para la elección en puerta, y después lanzarlo a la basura como pañuelo desechable.
Al PRD no le quedan muchas opciones, o mejor dicho solo le queda una opción: quedarse dentro del Frente. Quizá –y se lo van a permitir sus otros ‘aliados-, patalear, hacer el berrinche y tirarse al piso, pero al final tendría que aceptar las cosas como se vienen dando, porque ya no tiene un peso específico y es muy poco lo que puede ofrecer para hacerlo atractivo como aliado. Aunque una eventual separación, tendríamos que decirlo y admitirlo también, podría cancelar la posibilidad de que la oposición ganara la elección presidencial, y, por el contrario, ayudaría a que el morenismo se mantuviera en el poder.
Como diría ya sabes quién, en el perredismo se tienen que serenar –serenos morenos-, y entender que en la contienda del Frente, Mancera y Aureoles son algo así como Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco –y si me apura tantito hasta Ricardo Monreal- entre los suspirantes de la interna del partido oficial. Es decir, ninguno de ellos tiene la menor posibilidad de ganar siquiera la interna, muchísimo menos una eventual participación en la campaña presidencial.
Si lo entienden de esa manera y lo asimilan pronto, va a ser más fácil que sigan adelante en su lucha por la supervivencia. Cualquier otro camino que emprendan, sería algo así como su propia sentencia de muerte. Ni modo, no les queda otra, las circunstancias actuales así se presentan.
@JulianParraIba