jueves 28, noviembre, 2024

ALGO QUE VALE LA PENA LEER

Infocracia

ALBERTO BOARDMAN

Antes de la información digital, los elementos de la organización política implicaban una estructura visible, valga la comparación con perdón del arte, muy parecida al teatro, cuyo objetivo dependía de una parafernalia precisa: Un espectáculo con discursos pasionales, coreografías, ritos solemnes y la comunicación unidireccional como escenario para un público electoral que cautivar. Hoy en día, la infocracia ha dado paso a una nueva era política en la cual como bien sentencia el filósofo y experto en estudios culturales, Byung-Chul Han: «… los seres humanos <no estamos ni sobre las gradas ni sobre la escena, sino en la máquina panóptica>».

Recordemos que Foucautl concebía el panóptico como: «una máquina que disocia la pareja <ver – ser visto> (Vigilar y Castigar, 1980), y de esta manera, el individuo que forma parte de la estructura panóptica vive en un estado permanente de vigilancia lo que garantiza su pasividad y el control de sus movimientos”. Por ende, los ciudadanos consciente, e inconscientemente, estamos sometidos por parte de quien controla la información.

Sobre estas reflexiones y análisis trata: “Infocracia” la digitalización y la crisis de la democracia, editorial Taurus, 2023, un libro de Byung-Chul Han, que nos aporta: «la paradoja de la sociedad de la información es que las personas están atrapadas en la información. Ellas mismas se colocan los grilletes al comunicar y producir información. La prisión digital es transparente». Y sin duda, el uso de smarter apps, el smarthome y smartphone, entre otros, integran ese «big brother» omnipresente donde convergen influencers venerados como modelos a seguir; personas degradadas a la condición de datos; campañas electorales hechas guerras de información; discursos de odio que influyen en la opinión pública; desinformación operada por ejércitos de troles, y muchos temas más impresionantemente concentrados en apenas 92 páginas a las que con frecuencia, se vuelve placentero releer para capitalizar la información contenida. Una lectura totalmente recomendable en estos tiempos aciagos que política y culturalmente, padece nuestro mundo. 

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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