miércoles 27, noviembre, 2024

A LA BÁSCULA

Coahuila seguro, todo p’alante

Julián Parra Ibarra

Durante la actual administración estatal, el grupo del narco que opera en Tamaulipas y que en otros tiempos tenían el paso libre para circular de su entidad, por la franja fronteriza con Nuevo León y llegar hasta Coahuila, ha realizado innumerables intentos por volver a incursionar en nuestra entidad para volver a sentar sus reales, pero hasta el momento han sido infructuosos porque aquí encontraron un gobierno de mano firme, y corporaciones responsables y comprometidas con la seguridad de los coahuilenses y la estabilidad de nuestra tierra.

En otros tiempos y distintos momentos los grupos de la delincuencia organizada dejaron su sangrienta huella en Coahuila, como aquella terrible masacre en Allende en 2016 donde oficialmente desaparecieron 26 personas, pero que extraoficialmente se supo que fueron más de 300 desaparecidos, entre ellos mujeres y niños.

En Piedras Negras quizá no trascendió masivamente, pero ocurrió algo similar, cerraron la ciudad y a decenas de personas las sacaron de sus casas y nunca más se volvió a saber de ellas, pero las huellas de destrucción con granadas de muchas viviendas en distintos sectores, quedaron a la vista de todos.

En la que hoy es la frontera más segura de México, en septiembre de 2012 se registró una de las fugas penitenciarias más numerosas de México, cuando 132 reos se fugaron del Cereso de Piedras Negras, y cuando se dio la incursión al centro penitenciario, las autoridades encontraron con que era un centro de operaciones del narco. Ahí maquilaban uniformes clonados de las distintas corporaciones, había talleres para aplicar blindaje artesanal a vehículos que utilizaban en sus operativos. Y había una ‘cocina’, donde disolvían en ácido a integrantes de los grupos contrarios

Durante la administración de Miguel Ángel Riquelme, los grupos fracasaron en todas sus intentonas por reingresar y volver a tomar el control de todo el estado como lo tuvieron en otros tiempos. Una y otra y otra vez que lo intentaron, fueron repelidos por los elementos de las corporaciones estatales, en momentos y eventos apoyados por elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y hasta la Marina.

El grupo que opera en Tamaulipas incluso tenía muy bien trazados y diseñados caminos de terracería que utilizaban para sus incursiones de ida y vuelta. El gobierno de Coahuila les destruyó esas rutas cegando las terracerías, y obligándolos a tener que usar como vía de acceso y regreso la ‘Ribereña’, carretera que conecta a Coahuila con la franja fronteriza de Nuevo León, y Tamaulipas entrando por Nuevo Laredo.

Primero les acotó las vías de acceso, y enseguida les colocó primero operativos de vigilancia, y posteriormente el filtro en territorio de Hidalgo, el último municipio de Coahuila de la franja fronteriza antes de entrar a Nuevo León. Luego, el gobernador Riquelme estableció en materia de seguridad, acuerdos y convenios con los entonces mandatarios de los estados vecinos, Jaime Rodríguez ‘El Bronco’, y Francisco García Cabeza de Vaca. Unidos y coordinados mantuvieron a raya a los grupos delincuenciales.

Nuevo León primero y Tamaulipas después, tuvieron cambios de gobierno; llegaron Samuel García y Américo Villarreal respectivamente, y los hechos indican que se desatendieron del tema de seguridad en las colindancias de los tres estados en la franja fronteriza, por omisión o hasta podría pensarse que por comisión. Por ello, los delincuentes vienen de Tamaulipas, cruzan por Nuevo León y llegan a Coahuila para intentar a punta de balazos eliminar el filtro de las corporaciones policiacas coahuilenses, quienes han enfrentado a pie juntillas los embates del crimen organizado, con un gran valor y compromiso, pese a que en esta semana han sufrido dos bajas.

Los grupos tamaulipecos pretenden ‘ablandar’ al gobierno de Coahuila y aprovechar la coyuntura del cambio de gobernador para reposicionarse en nuestro estado, pero lo que no saben es que Miguel Ángel Riquelme y Manolo Jiménez ya han venido trabajando muy de cerca para que el gobernador entrante se empape de la situación, de la estrategia que está probada con buenos resultados y pueda operar con seguridad y firmeza, a partir del segundo después de que el lagunero termine su mandato constitucional.

Por el bien de Coahuila y los coahuilenses, no se debe dejar ni un segundo espacios vacíos con el cambio de gobierno. No se debe dejar abierta ninguna rendija por muy pequeña que ésta sea. En ese sentido Manolo deberá operar con mano firme desde el primer segundo de su administración.

Miles de coahuilenses le expresaron su total confianza en las urnas, para que Coahuila siga siendo el estado seguro que actualmente es. El tamaño del número de votos es proporcional al compromiso que tiene con los ciudadanos. Todo p’alante, porque en Coahuila, p’atrás, ni para agarrar vuelo.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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