La energía nuclear en la transición energética global
Francisco Treviño Aguirre
En el ámbito de la generación de energía, pocos temas crean tanto debate como la energía nuclear. Su capacidad para generar cantidades masivas de electricidad limpia se ve contrarrestada por las preocupaciones sobre la seguridad y los desechos nucleares. Y ese debate está lejos de terminar. Mientras algunos países se embarcan en compromisos plurianuales para incluir la energía nuclear como parte de su combinación energética general, otros están reduciendo o cerrando plantas por completo. Sin embargo, la transición energética global es un paso vital en la historia, y la energía nuclear tiene el potencial de ofrecer fuentes casi inagotables de energía limpia y sostenible.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), las adiciones de capacidad alcanzaron su punto máximo en la década de 1980, con 230 GW, impulsadas principalmente por nuevas plantas en Europa y América del Norte.
Pero la construcción de nuevas plantas se desaceleró bruscamente, alcanzando solo 25 GW en la década de 1990, a raíz de los principales accidentes nucleares en Three Mile Island en 1979 y Chernobyl en 1986.
En la década de 2000, se añadieron alrededor de 46 GW de capacidad, mientras que en la década de 2010 se añadieron 56 GW. Así fue como en 2020, la energía nuclear representó aproximadamente el 10 por ciento de la generación mundial de electricidad. Fue la segunda fuente más grande de electricidad de bajas emisiones y generó más electricidad que toda la eólica y fotovoltaica solar combinada.
Según la Asociación Nuclear Mundial, a partir de mayo de 2023, alrededor de 440 reactores nucleares estaban operando en 33 países, con una capacidad de 390 GW, mientras que otros 60 reactores de energía se estaban construyendo en 15 países, incluidos China, India y Rusia.
Los proyectos de energía nuclear están volviendo a surgir. Sin embargo, el crecimiento se está estancando en los países desarrollados debido a los altos costos de los nuevos proyectos, los largos tiempos de construcción, las condiciones desfavorables del mercado y las políticas, y, en algunos países, la falta de confianza pública en la energía nuclear misma. En general, la energía nuclear sigue siendo la fuente de energía más segura, junto con la eólica y la solar. Sin embargo, la percepción difiere ampliamente de la realidad, y esta percepción podría estar frenando el crecimiento de capacidad en algunos países que están reduciendo su dependencia de la energía nuclear.
La percepción pública de la energía nuclear tiende a estar moldeada por eventos dramáticos como el ocurrido en Chernobyl, Ucrania. El desastre cobró 4,000 vidas, incluyendo enfermedades causadas por la radiación y directamente. Sin embargo, en el caso del accidente de Fukushima, hasta ahora no se han reportado muertes como resultado directo del evento o debido a la radiación nuclear.
Otro desafío de seguridad con las plantas nucleares es el combustible, que debe almacenarse indefinidamente, a menudo en instalaciones subterráneas, ya que requiere miles de años para reducir su radiactividad. Sin embargo, se vislumbra un emocionante desarrollo en la próxima década con los Reactores Modulares Pequeños (RMP), que utilizan el combustible residual de las plantas existentes,
cerrando el ciclo del combustible. Los RMP tienen aproximadamente un tercio de la capacidad de las plantas nucleares tradicionales, pero su construcción es menos costosa, lleva menos tiempo y generan menos desechos perjudiciales. Los RMP están diseñados para ser más seguros y estar menos expuestos a peligros como desastres naturales o fusiones que los reactores tradicionales a gran escala, y también pueden apagarse y reiniciarse de manera segura, a diferencia de las plantas convencionales.
Según la Asociación Nuclear Mundial, la mayoría de las plantas nucleares tienen una vida útil de 25 a 40 años, pero después de evaluaciones de ingeniería, la Comisión Reguladora Nuclear de los Estados Unidos (NRC, por sus siglas en inglés) ha otorgado más de 85 renovaciones, añadiendo alrededor de 20 años a la
vida útil total de las plantas. En general, habrá más reactores en línea que cierren, y en última instancia, depende de cada país elegir cómo dar forma a su futuro energético.
La energía nuclear es un tema complejo y polémico que abarca tanto beneficios como riesgos. Aunque los desafíos en términos de seguridad y gestión de residuos deben abordarse con seriedad y eficacia, no se debe pasar por alto el enorme potencial de la energía nuclear para satisfacer las crecientes necesidades
energéticas de manera sostenible y limpia. La energía nuclear tiene la capacidad de proporcionar una fuente de electricidad confiable, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y garantizar una mayor seguridad energética en un mundo que enfrenta una creciente demanda y un cambio climático acelerado.
Twitter: @pacotrevinoag