“El 1% de la población, tiene lo que el 99% necesita”.
Joseph Stiglitz, El malestar de la globalización
Javier López M.
El triunfo del capitalismo es tan avasallante, que hasta los propios capitalistas se asustan de sus consecuencias. El mundo es más desigual.
La batalla entre el capitalismo y el socialismo la ganó el capitalismo a partir de 1980, y dentro del capitalismo la ganó la variante neoliberal.
Los impulsores del capitalismo en su modelo neoliberal, están satisfechos con sus resultados sus ganancias han crecido sustancialmente en detrimento de las clases más bajas.
Solo los grandes pensadores y algunos críticos del capitalismo muestran su preocupación con los resultados que ha arrojado el capitalismo en los últimos años.
¿Por qué están preocupados capitalistas como George Soros, políticos como Bill Clinton y Bernie Sander, Premios nobel como James Tobin y Joseph Stiglitz o intelectuales como Tomás Piketty?
¿Qué está pasando con el capitalismo en su variante neoliberal?
Nada extraordinario. Solo el mundo es más desigual que antes. Y de continuar por ese camino, el capitalismo entrará en una crisis estructural y de ahí a su destrucción.
En el mundo, el 50% de las clases bajas en la población mundial, posee el 2% de la riqueza, mientras el 10% de las clases altas posee el 76% de la riqueza total de los hogares.
En México, mientras que el 50% de las clases bajas gana $42,700 al año, el 10% superior gana 30 veces más MXN 1,335,030.
El reporte de inequidad en el mundo en el 2022, afirmaba lo siguiente:
“A diferencia de las grandes economías europeas, asiáticas y norteamericanas, los datos disponibles sugieren que México no experimenta una fuerte reducción de la desigualdad durante el siglo XX.
De hecho, la desigualdad de ingresos en México ha sido extrema en el pasado y siglos presentes. El 10% superior de participación en los ingresos ha oscilado alrededor de 55%-60% durante ese período, mientras que el 50% inferior se ha mantenido constante en alrededor 8-10%, haciendo de México uno de los más desiguales países de la tierra”.
Cabe aclarar no todos los países han viajado por ese largo y sinuoso camino, hay países que han sido capaces de gestionar el capitalismo con mucho menos desigualdad que la que hay en México.
Para darnos una idea, en 1990, diez años después del inicio del neoliberalismo, las desigualdades entre las clases más bajas y las más altas en: Noruega es del 2,0; en Suecia es de 2,1; en Dinamarca es de 2,2; en Portugal es de 2,7; en Japón es de 2,8; en Francia de 3,1, en Estados Unidos es de 4,5; y en México para el 2021 era de 30.0.
En otras palabras, en Noruega, por ejemplo, el que más ganaba en 1990; obtiene ingresos dos veces más que el que menos gana, mientras en México el que más ganaba en 2021 obtiene 30 veces más que el que menos gana.
Según el reporte de inequidad en el mundo 2022, la desigualdad de la riqueza en México era la siguiente:
La riqueza promedio de los hogares en México ascendía a $833.660.
La mitad más pobre de la población está privada de riqueza: su riqueza neta es negativo, lo que significa que este grupo tiene en promedio más deudas que activos, está en marcado contraste al 10% más rico de la población, que posee promedio de MXN6,561,490.
Es decir, en México, la gente de menores ingresos, debe más de lo que tiene incluido sus ingresos y su patrimonio.
Escuchemos las preocupaciones de uno de los pensadores del capitalismo de la etapa actual, George Soros, Inversor, doctor en economía, escritor, multimillonario y defensor de las ideas neoliberales. En su libro, “La crisis del capitalismo global. La sociedad abierta en peligro” (1999), dice:
Me temo que los acontecimientos políticos desencadenados por la crisis financiera puedan llevarse finalmente al propio sistema capitalista global …”
“Deseo aclarar que no es mi deseo abolir el capitalismo. A pesar de sus deficiencias, es mejor que las alternativas. Deseo impedir, en cambio, que el sistema capitalista global se destruya a sí mismo”.
Terminemos estas líneas con un comentario de Joseph Stigiltz, premio nobel de economía; en su libro, “el precio de la desigualdad”:
“El 1 % de la población disfruta de las mejores viviendas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida, pero hay una cosa que el dinero no puede comprar: la comprensión de que su destino está ligado a cómo vive el otro 99%”.
Digo.
Nota: Fuente de donde se obtuvieron los datos: world inequality report 2022.
Javier López Medina, es licenciado en Economía, en Estadística y tiene Maestría en Administración y Políticas Públicas