La sucesión de López Obrados y sus argumentos
José Vega Bautista
El Consejo Nacional de Morena emitió un acuerdo para que de “manera imparcial, democrática, unitaria y transparente se logre profundizar y dar continuidad a la Cuarta Transformación de la vida pública de México”. De acuerdo con Mario Delgado, dirigente nacional del partido Morena, se “definirá por encuesta la Coordinación de Defensa de la Transformación”.
En este tenor, los inscritos para participar en ese proceso son: Marcelo Ebrard (ex canciller de México); Claudia Sheinbaum (ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México); Adán Augusto López (ex secretario de la Gobernación de México); Ricardo Monreal (ex senador coordinador de Morena en el Congreso) y por parte del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña (Diputado con licencia) y el Senador con licencia Manuel Velasco Coello.
Aunque formalmente el proceso anunciado será para elegir al coordinador de defensa de la transformación, todos sabemos que de ahí saldrá el candidato de la alianza Morena-PT-PVEM para las elecciones presidenciales del próximo año, y, con amplias posibilidades, quien sea electo próximo presidente o presidenta de la República.
Para todos ha sido claro el alto grado de intervención que ha tenido el presidente Andrés Manuel López Obrador en este proceso sucesorio, el mismo lo ha definido de la siguiente manera: “Aun cuando mi función es otra, la de presidente de la República y gobernar para todos, como venimos de un movimiento yo he venido, sin hacerlo evidente, he venido siendo reconocido como el dirigente de un movimiento de transformación en el que participamos millones de mexicanos desde hace muchos años; algunos que fueron los precursores se nos adelantaron ya varios, mujeres, hombres, y nosotros consumamos el ideal de la transformación de México, y a mí me tocó esa dirección, esa conducción, como uno más de millones de ciudadanos que participaron”.
Pero además el presidente ha definido el rumbo: “Yo ya me voy a retirar, me queda un año tres meses, y la transformación debe de continuar porque hay que terminar de arrancar de raíz el régimen corrupto de injusticias, de privilegios, hay que consumar por completo la obra de transformación en México y es un proceso que lleva tiempo”.
Argumenta López Obrador, “A mí me tocó, junto con muchos otros, también millones de mexicanos en estos tiempos, sentar las bases, porque creo que hemos avanzado; sin embargo, hay que darle continuidad al proceso, por eso hablamos de continuidad con cambio, y yo tengo que entregar, no sólo en su momento la Presidencia, sino la dirección, la conducción del movimiento de transformación, lo que este movimiento vanguardia que llevó a esta transformación”.
“Voy a entregar ya la estafeta para que un hombre, una mujer del movimiento, de acuerdo a un procedimiento que decidieron, sea el que me sustituya como coordinador, como dirigente del movimiento de transformación; por eso Adán Augusto López renunció, porque va a buscar ser el sustituto, el relevo, como ya lo hicieron Marcelo Ebrard en su ámbito de competencia, Ricardo Monreal, la jefa de Gobierno que renunció, Claudia Sheinbaum”.
“Ese es el proceso, no es que estén renunciando por ineficientes; al contrario, están renunciando porque son los mejores dirigentes de nuestro movimiento y son los que pueden llevar a buen puerto esta embarcación, este barco que ya tiene rumbo, ya sabemos muy bien lo que se tiene que seguir haciendo en México; por ejemplo, esto que estamos tratando.
No dar ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso, en el combate a la corrupción, desterrar la corrupción del país. Y pues van a quedar estos juicios, espero que se resuelvan antes que terminemos; pero, si no, pues hay que darles continuidad”.
Su planteamiento lo basó en el hecho de que “fue mucho tiempo de predominio, de un estado corrupto, 36 años, que afectó muchísimo, por eso no se produjo en México sólo una crisis, sino fue un proceso de decadencia, un proceso de degradación progresivo, que no sólo tuvo que ver con la falta de crecimiento económico o de desarrollo, no; tuvo que ver con la crisis de bienestar social, tuvo que ver con la degradación de la política, tuvo que ver con la pérdida de valores culturales, morales, espirituales. Una decadencia”.
Para el presidente, “la única posibilidad de lograr el renacimiento de México estaba en iniciar una transformación profunda, pacífica, pero radical, entendiendo que la palabra ‘radical’ viene de ‘raíz’: arrancar de raíz la corrupción, los privilegios, la impunidad, y eso es lo que ya inició y hay que darle continuidad.”
Señaló, además, que “como en todo proceso de transformación, siempre hay grupos que se resisten a los cambios, que reaccionan a los cambios. Por eso la palabra ‘reaccionario’, porque hay quienes no están conformes y quisieran que continuara el régimen corrupto.”
“Pueden tratar de simular de que no les gusta cómo hablo, que somos como no sé qué país, que es una dictadura, que no hay libertades, que estaríamos mejor con los que no ganaron, todo, todo, todo; que no somos feministas, que queremos militarizar al país, todo, todo, todo, pero en la esencia lo que quieren es regresar por sus fueros, quieren seguir robando, cuando deberían de dedicarse a otras actividades, a pasear, a divertirse, ¿no?, porque les fue muy bien, pero es mucha el hambre de dinero. No cabe duda que el dinero es la gran tentación, la mamá y el papá del diablo, no tienen llenadera”.
Ante este nuevo avance en la intención presidencial de ganar la narrativa, mediante un modelo de persuasión diaria que crea argumentos efectivos que se presentan convincentemente con el fin de dar buena impresión y así generar simpatía en una gran parte de la población, ¿cuál será la estrategia de la oposición, para ganar la presidencia el 2024?
@Pepevegasicilia