¡Arrancó la no campaña!
Carlos Arredondo Sibaja
Se trata de una nueva modalidad de disputa por el poder público en la cual, quienes toman parte de ella, no adquieren la categoría de candidatos (ni de precandidatos) y, en consecuencia, quedan eximidos de cumplir con las reglas a las cuales se encuentra sujeta en México la competencia política.
Nadie se confunda: sí buscan un cargo público. Su ambición personal está orientada a conquistar, específicamente, la Presidencia de la República. Y sí van a competir entre sí para, entre media docena de opciones, descartar cinco personas y dejar una sola a quien convertirán -ahora sí, formalmente- en su representante en la campaña “de a deveras”.
¡Pero no están recreando una precampaña!
Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco no son precandidatos a la Presidencia de la República y no están compitiendo por la candidatura presidencial de la coalición de Morena, PT y Partido Verde.
Pero, ojo: quienes pierdan esta competencia sí quedarán descartados de la posibilidad de ser candidatos presidenciales de la coalición Morena, PT y Partido Verde… ¡pero la competencia no se trata de eso!
Sí… hay una gran similitud entre una precampaña orientada a definir la candidatura presidencial de la Coalición y esta competencia para seleccionar a quien coordinará “los comités de defensa” de la transformación de cuarta… pero es sólo eso: similitudes sin mayor trascendencia.
Sí… también es altamente probable (más o menos 100 por ciento probable) ver cómo quien se convierta en coordinador -o coordinadora- de los comités de… ¡de eso!, sea ungido -o ungida- como candidato presidencial… pero eso será una coincidencia irrelevante.
(Paréntesis obligado: nada importa el hecho de haber sido, quienes hoy protagonizan este inédito proceso, los mismos a quienes debemos la actuales reglas electorales, según las cuales no se puede hacer todo eso de recrear una precampaña fuera de los tiempos de precampaña. O sea: estaba mal hacerlo antes… ¡pero ahora no!).
Porque, bien lo ha dicho nuestro Perseo de Pantano: las cosas ya no son como antes. Antes, había “tapado” y su selección como sucesor de quien ostentara el poder sólo dependía del dedo presidencial… ¡pero ya no! Ahora, será “el pueblo” -what ever that means- el responsable de tomar esa decisión.
Antes, el Ejecutivo era “el poder de poderes”. Avasallaba a los otros dos y les imponía su criterio de forma grosera y a la vista de todos… ¡pero ya no! Ahora existe una auténtica división de poderes y todo mundo es testigo de cómo el Ejecutivo respeta escrupulosamente el ámbito de acción del Legislativo y el Judicial.
Antes, en la época de los “gobiernos neoliberales”, quien ocupaba la silla presidencial era un ser omnipotente a quien era imposible negarle nada. Lo decidía todo, incluido desde luego la determinación de quién -o quiénes- estarían en la boleta electoral… ¡pero ya no!
Por ello, si a usted le suena raro, le parece extraño, o considera irregular el hecho de atestiguar una “no campaña” como la recién inaugurada, seguramente será porque usted sigue enganchado -o enganchada- a las costumbres del pasado, de esa época en la cual los presidentes eran individuos carentes de vocaciones democráticas.
Hoy todo es distinto. El régimen democrático inaugurado el 1 de diciembre de 2018 se ha encargado de transformar todo para bien. Y gracias a eso, hoy podemos atestiguar un portento democrático del calibre de una no campaña, en la cual se elegirá a un no candidato a quien luego, si usted lo quiere -pero sólo si usted lo quiere- podrá convertir, con su voto libre, en la persona encargada de prolongar la transformación…
Si no fuera trágico, sería cómico.
¡Feliz fin de semana!
@sibaja3
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