sábado 21, septiembre, 2024

DOGMA DE FE

Lo que mejor sabemos hacer 

Marcos Durán Flores 

Usted primero lo veía en las noticias y ahora lo siente en su vida. Un calor sofocante, constante, ha aparecido. 40 días y 40 noches, con sequías prolongadas, donde los pájaros mueren de golpe en pleno vuelo y caen desplomados a causa del calor. El Macondo constante. 

El cambio climático llegó para quedarse y afecta cada faceta de la civilización, empezando por nuestra capacidad para cultivar alimentos, hasta el registro de temperaturas récords, sequías e inundaciones. 

Los científicos del clima están aterrados. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), el mismo grupo que en el año 2007 ganó el Premio Nobel, ha dicho que el cambio climático afecta a las sociedades humanas, empezando por la disminución de la producción agrícola, el empeoramiento de acceso al agua dulce y la acidificación de los océanos.  

Dice que no solo no se ha podido cosechar más, sino que además el crecimiento poblacional nos obliga a producir 60 por ciento más de alimentos para el año 2050, pues pasaremos de siete mil millones a nueve mil millones de seres humanos. A eso debemos sumar que el acceso al agua será cada vez más un problema grave, ya que el mundo se calienta. 

Hoy en día, alrededor de mil 200 millones de personas viven en zonas de escasez de agua, pero la fracción de la población mundial que experimentan escasez de agua y la fracción afectada por grandes inundaciones de ríos aumentan con el nivel de calentamiento. 

Esto es un reflejo del calentamiento planetario implacable que, dicen los científicos, es una consecuencia de la actividad humana y plantea profundos riesgos a largo plazo a la civilización y la naturaleza. Uno de ellos es que el calor sea mucho peor en las próximas décadas; que las plantas y los animales sean llevados a la extinción y la fusión del hielo de la tierra eleve los mares a un ritmo acelerado. 

En el 2007, este informe decía que el mundo tenía dos opciones: reducir en 60 por ciento las emisiones de carbono y de efecto invernadero al medio ambiente, la disminución en el uso de combustibles fósiles; y un agresivo programa para cuidar el agua y rehusarla. En ese año, la ciencia emitió una advertencia: o cambiábamos drásticamente o empezaría el principio del fin. 

Decían que, si la temperatura del planeta sube estos dos grados, será el final de plantas y animales que serán llevados a la extinción y la fusión del hielo de la Tierra elevará los mares a un ritmo acelerado. En resumen, que el planeta y son dos los grados Celsius los que nos apartan del abismo.  

Pero la información sobre la crisis del calentamiento global ha estado alertándonos por décadas, hemos hecho como si no nada pasara y, por el contrario, las cosas se pusieron aún más calientes. Y es que después del reporte del 2007, la respuesta de la civilización humana llegó: rompimos todos los récords que existen de calentamiento global. Los reportes de temperatura de los años 2021 y 2022, indican que han sido los más calurosos en la historia desde 1880. 

El sello distintivo de los humanos es que no podemos parar de destruir y unos cuantos miles de años han sido suficientes para demostrar de lo que somos capaces. Las emisiones humanas de gases de efecto invernadero no son el único condicionante de la temperatura de la Tierra”, ha dicho en un comunicado Will Steffen, primer autor del estudio e investigador en la Universidad Nacional Australiana. “Nuestro estudio sugiere que un aumento de temperaturas de 2 °C inducido por el hombre podría disparar otros procesos, por medio de un fenómeno de retroalimentación positiva, que llevarían a un calentamiento más grave, incluso si dejamos de emitir gases de efecto invernadero”

Esto implica que ni siquiera el “Acuerdo de París” es suficiente. El calentamiento de la tierra causado por los gases de efecto invernadero en la atmósfera está activando otros procesos naturales que aumentan por su cuenta las temperaturas.  

Disfrute pues del que será, el verano más fresco que recuerde. El reloj climático seguirá avanzado de prisa y sin pausas y, ahora, todo está a la voluntad de la humanidad, de quien se espera que, por primera vez en los pocos milenios de historia de nuestra incipiente civilización, hagamos algo distinto a lo que mejor sabemos hacer: Empeorar las cosas. 

@marcosduranf 

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